Zombies y humor: el apocalipsis nunca fue tan divertido

Hay algo en la esencia de la humanidad que emparenta las situaciones estresantes con el humor. Así, en los funerales contamos chistes, cuando sentimos muchos nervios nos reímos y, también, terminamos mezclando el terror con el humor.

En las producciones audiovisuales, dentro del género del terror, si hay una categoría que se ha combinado con el humor es la de las películas de zombies. Quizás sea porque es nuestra forma de digerir algo que creemos puede suceder, quizás porque esas criaturas que comen cerebros sean un poco ridículas, pero lo cierto es que hay muchas películas de zombies destinadas a hacernos reír, no solo aterrarnos.

Cuando pienso en películas de zombie dentro de la categoría del humor, la primera que se me viene siempre a la cabeza es Shaun of the Dead. La película del 2004 escrita por Edgar Wright y Simon Pegg, dirigida por el primero y protagonizada por el segundo, es un clásico dentro de este estilo. En ella, Pegg interpreta a Shaun, un hombre que sufre de una vida rutinaria, monótona y aburrida, destinada al fracaso amoroso y a la mediocridad. Sin embargo, cuando el apocalipsis zombie llega, Shaun y su mejor amigo (interpretado por Nick Frost), salen a las calles para proteger a su amada y se convierten en unos héroes muy particulares.

Shaun of the Dead surge de la pasión de Edgar Wright y Simon Pegg por el trabajo de George Romero y, en particular, por Dawn of the Dead. Sin embargo, Wright y Pegg sabían que nunca podrían hacer un trabajo tan espectacular como el de Romero, entonces decidieron darle una vuelta de tuerca y ponerle su propio sello al género de zombies. Así, la película, que en Latinoamérica se llamó Muertos de risa, combinó el terror del apocalipsis zombie con tropes de la comedia romántica.

Shaun of the Dead fue un verdadero éxito: no solo le encantó a los espectadores y a la crítica, sino que cuando se la presentaron al mismísimo George Romero, el director dijo que le había encantado y les otorgó tanto a Simon Pegg como a Edgar Wright la posibilidad de convertirse en zombies en su película Land of the Dead.

Sin embargo, Shaun of the Dead no es la única. Otro gran ejemplo de la combinación entre apocalipsis zombie y humor es Zombieland. Estrenada en el 2009 y dirigida por Ruben Fleischer, tiene de protagonista a un joven universitario bastante retraído que analiza todo hasta el hartazgo pero que, en medio del despertar de los zombies, decide salir a rescatar a su familia en Ohio. En el camino, termina uniéndose con dos hermanas que, en la víspera del fin del mundo, solo quieren llegar a un parque de diversiones y a un hombre rudo que solo quiere encontrar el último Twinkie.

La película encuentra su humor en los clichés del género, con un protagonista que, a medida que va atravesando el apocalipsis, va escribiendo una lista de normas de supervivencia que incluye desde ejercicios de precalentamiento hasta el famoso “no ser un héroe”, que luego deberá cambiar sobre el final de la cinta.

Zombieland también fue bien recibida tanto por el público como por la crítica, e incluso ganó el premio del público en el festival de Sitges. Tanto así que tanto el elenco como el director coquetearon con la idea de una secuela, que finalmente llegó en el 2019. Si bien Zombieland: Double Tap no tuvo el mismo éxito que la primera película, es una secuela digna que rescata mucho del humor que distinguió al primer filme.

Por supuesto, hay muchas más películas de zombies que se vuelcan para el lado de la comedia. Algunas tan antiguas como Braindead, de 1992, dirigida por Peter Jackson, que mezcla zombies, mucho gore y un humor negro maravilloso, y otras más actuales como Little Monsters, del 2019, dirigida por Abe Forsythe y protagonizada por Lupita Nyong’o, quien interpreta a una maestra de música que se une con otras personalidades para defender a sus pequeños alumnos del apocalipsis zombie.

Otros ejemplos dentro de esta variante tan específica del género de zombies pueden ser Warm Bodies, la película del 2013 protagonizada por Nicholas Hoult, Juan de los muertos, la comedia española-cubana del 2010, y hasta Evil Dead II, uno de los clásicos de Sam Raimi.

Como decía en un comienzo, es parte de nuestra quintaesencia humana ponerle una cuota de humor a los momentos difíciles, es nuestro recurso para superarlos incluso. Por eso, no sorprende que cuando tenemos que hablar del apocalipsis, en este caso específico, el apocalipsis zombie, a veces decidamos hacerlo en medio de carcajadas. Es nuestra forma de ganarle la batalla al miedo.