Drive o la película que inspiró al videojuego más revolucionario de los últimos 15 años - Spoiler Time

Drive o la película que inspiró al videojuego más revolucionario de los últimos 15 años

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Ficciones que se preocupan por iluminar el problema de la violencia como componente de la Cultura Occidental.

¿Te gusta hacer daño a otras personas? De esa manera se interpela al jugador en cierto momento en el que está llevando a cabo una campaña en Hotline Miami, un videojuego de acción independiente desarrollado por Dennaton Games, equipo compuesto por Jonatan Söderström y Dennis Wedin.

¿De qué trata? Controlamos a un personaje sin nombre, a quien los jugadores apodaron como Jacket, quien se despierta en su apartamento de Miami el 3 de abril de 1989. Escucha un correo de voz, va a recibir una entrega en su casa: el paquete contiene una máscara de gallo y las instrucciones para robar y luego entregar un maletín. Pero hay algo más: las instrucciones le animan a asesinar a los delincuentes. Esto va creciendo en complejidad psicológica y violencia absoluta al subir el rango de violencia: él es la amenaza total de la mafia rusa, a la que masacra de miles de maneras diferentes ya que cada vez puede elegir diferentes máscaras que le dan diferentes facilidades. Su fórmula es muy sencilla sí, pero eso mismo fu lo que causó sensación en el mundo gamer.

Si nos detenemos un poco y analizamos, vemos aquí un reflejo de la película Drive, dirigida por Nicolas Winding Refn y estrenada en 2011. ¿No la recuerdas? Es esa cinta en la que un avezado conductor sin nombre (Ryan Gosling), a quien se hace referencia en los créditos finales como Driver, ocasionalmente realiza trabajos como especialista en escenas de riesgo en producciones de cine, cuando en realidad su labor perfecta la realiza en peligrosas misiones como conductor contratado por criminales.

Sacando las referencias obvias que hay entre ambas producciones que tanto analistas marcaron, como la música, la paleta de colores y el supuesto no guion de Drive y Hotline Miami, lo cierto es que las conexiones entre ambas obras de arte es palpable al 100%.

Tanto el protagonista sin nombre de Drive como el protagonista sin nombre de Hotline Miami se involucran en actividades delictivas por razones que no están claras. ¿Por qué Driver hace lo que hace? Es de suponer que le pagan, pero nunca se menciona un intercambio de dinero. Vive una vida muy modesta, reside en un pequeño apartamento de Los Ángeles y, en cierto momento de la película, deja detrás un millón de dólares en efectivo. Uno tiene la sensación de que lo hace principalmente por el placer de hacerlo, por la descarga de adrenalina, por la oportunidad de emplear sus notables talentos al volante. Mientras expone los parámetros de su participación en un crimen, dice “no llevo un arma. Conduzco”. Y mientras sea solo un conductor, puede irse sin sangre en sus manos.

Las razones de Jacket en Hotline Miami son aún más desconcertantes. Recibe mensajes en su contestador automático que le indican que vaya a una dirección. Las instrucciones se disfrazan como solicitudes normales, tareas ordinarias, pero su misión real es siempre la misma: masacrar a docenas de rusos. ¿Por qué sigue las órdenes? La falta de una motivación clara te hace cuestionar las acciones de Jacket y, por extensión, las tuyas.

Al jugar Hotline Miami la carnicería ocurre tan rápido que ni siquiera puedes decir basta. Derrotar a los enemigos es cuestión de actuar con rapidez, y aunque tus víctimas son carne y sangre cuando terminas con ellas, no puedes detenerte a reflexionar: estás demasiado ocupado preocupándote por la próxima amenaza que se te viene encima. La música te empuja hacia adelante, y debido a que cada enemigo representa una amenaza tan real, un golpe y listo, cada encuentro aumenta tu adrenalina. En el instante en que dejas caer a tu último enemigo, la música se detiene y, mientras regresas a tu auto, la carnicería que has dejado a tu paso te confronta a cada paso. Es extremadamente feo, y el hecho de que parezca tan sin sentido solo lo hace más feo. A medida que se aleja de la escena del crimen, las visiones de palmeras y la ciudad iluminada por un sol enorme llenan la pantalla. Estas imágenes estereotipadas de la belleza tropical contrastan de manera enfermiza con el horrendo derramamiento de sangre en el que acabas de participar.

Por su lado, en Drive el protagonista también se involucra repetidamente en actos impactantes de violencia. Al igual que los asesinatos en Hotline Miami, los asesinatos de este llamado Driver son sangrientos, y ocurren con una rapidez y un vigor impactantes. Cuando el Conductor comienza a ensuciarse las manos, sus motivaciones son claras: se preocupa por su vecina Irene y su hijo, que corren peligro porque el marido de la joven le debe mucho dinero a la mafia. Pero esta verdad no es un respaldo certero a la violencia: aquí la violencia solo engendra más violencia. Es un problema continuo y destructivo, no una solución. En última instancia, Driver puede mantener a salvo a Irene y a su hijo, pero hacerlo le ha costado todo: su trabajo, su amiga Shannon y cualquier esperanza que tuviera de una vida con Irene.

Tanto en Drive como en Hotline Miami, la violencia se origina en problemas profundamente arraigados en la Cultura Occidental. En un momento de la película, el mafioso Nino revela un profundo resentimiento hacia sus compañeros de la mafia italiana, quienes lo menosprecian por ser judío. La bronca, la competencia, el maltrato constante sobre el otro son parte de la odisea contante del ser humano de Occidente.

La génesis de la violencia en Hotline Miami es mucho más descabellada, pero funciona dentro del mundo surrealista de ese juego. A lo largo del juego, se pueden coleccionar letras que se juntan para formar una contraseña, IWASBORNINTHEUSA (“NACÍENLOSESTADOSUNIDOS”, la cuna de Occidente). Como sugiere la contraseña, es un sentido erróneo de lo que llaman patriotismo lo que lleva a los creadores de la línea directa a llamar a los rusos golpe tras golpe.

Entonces, tanto en Drive como en Hotline Miami, es una tensión entre grupos étnicos o culturales lo que inicialmente alimenta la violencia, y es la amenaza de violencia lo que lleva a las personas a continuar cometiendo actos de violencia. Estas son producciones extremadamente violentas. Sin embargo, no creo que ninguno de los dos productos glorifique el arte gore: creo que ambos hacen que la violencia sea horripilante y la presentan como algo que en última instancia destruye la vida de quienes se involucran en ella.

Hotline Miami y Drive son ficciones que se preocupan por iluminar el problema de la violencia como componente de la Cultura Occidental. Y es muy acertado.

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