El amor en tiempos de zombies: Richonne

Luego de los trágicos sucesos ocurridos en el último episodio de The Walking Dead, surge una nueva esperanza y esa luz en el horizonte tiene un nombre: Richonne. Como todos los fandom, los de esta serie tienen su propio idioma para shipear aquello que aman, y la posible relación entre Rick y Michonne posee denominación propia.

La vida amorosa de Rick no ha sido justamente un lecho de rosas desde los primeros episodios de la serie. Casado con Lori (la odiamos, eso es claro), cuando despertó en el hospital tuvo que descubrir por las suyas que su amada esposa y madre de su hijo lo engañaba… con su compañero de trabajo.

La vida se encargó de castigar su infidelidad de una forma más que cruenta, y no sólo lo hizo con ella, sino también con Shane. A partir de entonces la vida amorosa de Rick estuvo limitada a cero, hasta que Alexandría apareció en el mapa, y con él la familia Anderson y la desvalida Jessie, una mujer golpeada por su marido que ya había asumido pasivamente su destino. Pero el espíritu justiciero de Rick fue más fuerte que él y terminó borrando de su vida a su marido.

Y todo fue una medida felicidad hasta la semana pasada cuando los Walkers se ocuparon de ella. Como nada para Rick es fácil, hasta tuvo que cortar su brazo para liberar a Carl que era tomado de la mano por ella.

Y en medio de todo el embrollo, Ron, el hijo resentido de Jessie, intenta dispararle a Rick. Entonces llega… ¡Michonne! para poner las cosas en orden.

A partir del accidente de Carl, la buena de Michonne se posiciona en un lugar maternal. Conmovedora actitud, aunque no sorprendente, dado que siempre fue la amiga y babysitter ideal de los dos.

La primera vez que vimos a Michonne en The Walking Dead apareció casi como un personaje solitario, independiente y hasta creepy con sus dos Walkers mascotas a cuestas.

A lo largo de la serie se nos informó que previamente al virus Michonne tenía una vida plena viviendo en Atlanta junto a su esposo y a su hijo Andre.

Esa quebrada madre volvió a asomarse tímidamente a partir de su relación con Carl, a quien a menudo le traía regalos obtenidos de sus travesías en búsqueda del Gobernador.

Posiblemente este no sea el mejor momento, o, mejor dicho, para Rick un primer encuentro después de la muerte de Jessie sea más que un rebound sentimental. Pero si de algo estamos seguros es que son la pareja perfecta: ambos son proactivos, se cuidan, valoran la opinión del otro y son opuestos complementarios.

Rick tiene dos hijos sin su madre y ella tiene un instinto maternal que llenar con el afecto que claramente le profesan Carl y Judith.

Ambos han perdido en el advenimiento a sus familias y sin embargo han seguido adelante fortaleciendo lazos y comprometiéndose con la situación que los rodea.

Hubo miradas cómplices que nos hicieron empezar a soñar con esta relación. Incluso Andrew Lincoln, en algunas entrevistas, dio a entender que sería de su agrado que algo sucediera entre ellos.

Sólo resta esperar: tal vez pronto tengamos una agradable sorpresa y podamos ilusionarnos con una nueva familia nacida entre la muerte pero destinada a sobrevivir.