En la 23° edición del GIFF se presentó la co-producción méxico-colombiana La Noche de la Bestia del director Mauricio Leiva-Cook, escrita y producida por Benjamín y David Figueroa con los cuales tuvimos la oportunidad de charlar sobre la importancia de la existencia de diálogos alternos en las representaciones cinematográficas.
La cinta inspirada en el primer concierto que dio Iron Maiden en Colombia sigue el paso de dos adolescentes fanáticos de la banda, El Vargas y Chuki, en su aventura por asistir a dicho concierto. Ellos pondrán a prueba su amistad y se enfrentarán a una versión nunca antes vista del otro y de sí mismos.
Empezamos a trabajar ese prejuicio que se da a la gente que es metalera, que siempre es una discriminación muy natural y a partir de ahí creamos esta historia.
— Benjamín Quintero
La cinta comenzó como un corto en 2017 y con el tiempo evolucionó por episodios hasta ser un largometraje, el mismo que muestra la manera más profunda de crear relaciones humanas a través de la música.
“Esta idea surgió a partir de una charla que tenía Mauricio, el director, con sus compañeros y amigos que son metaleros y justamente vivieron una situación similar en ese viaje. Cuando Mauricio se acercó a mí para contar esta historia estuvimos de acuerdo desde el inicio: esta es una experiencia que todos tenemos en común al asistir a un concierto, porque muchas veces para nosotros la música se vuelve como un escape de los problemas y ayuda a formar nuestra identidad como adultos” dijo Benjamín Figueroa.
“Yo diría que es esta idea del viaje y no el evento al final del viaje lo que los define, y que en el desarrollo las ideas empezaron a expandir y a complejizar la historia. En algún momento nos dimos cuenta que ya habíamos dejado el terreno del cortometraje” dijo David Figueroa, quien nunca sintió cómo fue avanzando poco a poco el proyecto hasta convertirse en un largometraje.
La Noche de la Bestia nos muestra una historia bien guionada, acompañada en algunas escenas por pistas musicales populares en el género del metal que pertenecen especialmente a grupos colombianos, poco conocidos fuera del país.
“Había una idea de pintar una escena y un momento específico en el tiempo, en este caso en 2008 en Colombia, y lo que significaba ser parte de la subcultura del metal, como esa idea de la juventud de que el tipo de música que escuchas te define, y no solo en tus gustos musicales si no de muchas maneras: te hace parte de algo más allá de ti mismo. Queríamos reflejar lo que era eso en Colombia. La mayoría de la música de la película iba a ser de bandas de metal colombianas, hay varios temas icónicos que solo gente que estaba en esa escena reconoce como icónicos además de Iron Maiden. La idea era meter esas canciones que eran importantes para Mauricio, Benjamín y para mí y que no eran necesariamente las más icónicas de la banda” comentó David.
Lo que hicimos Mauricio y yo una vez que teníamos el playlist que tocaron en 2008 fue hablar cuáles estarían en el soundtrack y por qué.
— Benjamín Figueroa
Uno de los puntos al realizar la cinta fue romper con los clichés y estereotipos que rodean a la comunidad de metaleros en el mundo, los cuales son en su mayoría negativos y que han generado una mala reputación a esta tribu urbana.
“Tiene que partir primero con que la figura del metalero en el cine y series siempre es puesta como una caricatura, como alguien borracho, mugroso y que está en una orilla, vestido de mezclilla, piel y tachuelas. Pero ser metalero no es tanto una moda, es más un estilo de vida” comentó Benjamín, quien recalca que lo importante es demostrar que son todos somo seres humanos muchas veces mal juzgados por la sociedad y que sin esta comunidad la película no podría ser lo que es ahora.
“El actor que hace de Calavera, que es el mentor de estos chicos, el dueño de la tienda de discos, es el guitarrista y vocalista de la banda Vein, una de las bandas de metal actual más importante de Colombia. Ellos nos dejaron grabar en su concierto para recrear la escena final, nos abrieron sus puertas” afirmó David.
Finalmente, ambos hacen énfasis en el valor de la amistad como un punto fuerte de la cinta, pues creen que toda relación humana social se solidifica a través de este vinculo, el cual puede ser o no trascendente.
“Es esta idea de que cuando estás en ese tiempo, en esa edad como adolescente y tratas de formar una cosmovisión, un entendimiento de lo que hay a tu alrededor, un criterio. Lo puedes hacer a través de lo que escuchas, como la música. Esta idea de pertenencia a algo que cuando las otras cosas de tu vida están en un desarreglo, esa pertenencia, ese grupo social, te ayudan a levantarte”, afirmó David.
“La película puede girar alrededor y tener como eje el concierto, pero habla de la amistad, de estos dos chicos y una de las cosas que siempre he considerado como primordial: más allá de cualquier medio de entretenimiento, no importará qué tanto nos guste, sino con quién lo compartimos”, cerró Benjamín.
Creo que mientras existan estos grupos de pertenencia, la amistad y la música podremos levantarnos de las adversidades y decir que está bien, que hay alguien que te apoya.
— David Figueroa
