Hoy es un día especial: finalmente Universal Pictures y DreamWorks Animation han presentado el tráiler oficial de Kung Fu Panda 4, que llegará a cines el próximo 8 de marzo de 2024. La gran saga que protagoniza Jack Black como el genial guerrero panda Po sigue en pie y no puedo dejar de agradecer, pero no porque con una y cada una de las entregas de Kung Fu Panda me hacen reír a más no poder o me emocionan por los sentidos de amistad, ternura y compromiso: la saga de Kung Fu Panda (sobre todo la primera cinta de 2008) me hace reflexionar, una y otra vez, sobre lo caótica y azarosa que es la vida.
Sí: Kung Fu Panda tiene un condimento filosófico altísimo. Veamos.
El destino, ¿existe o no? O sea, ¿el concepto de controlar los actos futuros es real o una simple ilusión que sucede en las artes? Reflexiona conmigo: llegas tarde al trabajo una mañana; ves un accidente automovilístico justo en la intersección en la que debías estar cinco minutos antes; piensas que ese podrías haber sido tú y debes haber llegado tarde por alguna razón; comienzas a relajarte y a no tener prisa nuevamente; luego ese pensamiento se pierde por siempre. Desde este ejemplo hasta más profundos, la frase “esto estaba destinado a ser” nos rodean la mente constantemente. No importa lo que vivas, siempre habrá momentos en los que te darás cuenta de que estás en el lugar correcto en el momento correcto y que alguna fuerza en el universo te ha colocado allí específicamente. La filosofía de todas las religiones parece a menudo entrelazarse con este concepto de destino y cómo ciertas cosas pueden suceder por una razón. ¿Es esto realmente cierto? La cuestión es amplia para analizar.
Cuando uno confía en sus prácticas, el destino será más evidente que nunca. La película Kung Fu Panda retrata esta idea de destino de una manera muy interesante. Recordemos el argumento de la cinta: Po trabaja con su padre en su tienda de fideos; se nota que no se siente cómodo con la forma en que vive su vida; algo dentro de él le impulsa a ser y hacer más pero no tiene los medios ni la estructura corporal para hacerlo. Estos primeros minutos del panda son taoísmo (tradición filosófica y espiritual de origen chino que enfatiza vivir en armonía con el tao o “el camino”) puro: está en nuestra naturaleza mantenernos al día con las rutinas y sentir que estamos haciendo lo que tenemos que hacer, hasta que estemos convencidos de lo contrario. Y entonces Po: trata de vender los fideos de su familia en el evento de elección del guerrero dragón, cuando algo lo insta a intentar entrar a la arena. Las puertas se cierran, pero hay una fuerza tan fuerte que no le permite rendirse. Al igual que el panda, no existe humano que no haya sentido esa fuerza aunque la ignore. Po no lo hace. Hace el menú más extravagante para entrar a la arena y en este mismo momento, Po, sin saberlo, ha encontrado su destino.