El boom del policial no es algo ajeno a América Latina; si profundizamos en los orígenes del género, esta región tuvo un lugar predominante. Ya a fines del Siglo XIX y principio del XX tenemos dentro de la literatura las primeras apariciones de relatos policiales desde Argentina. Por eso, no es casual que Latinoamérica sea terreno fértil para el desarrollo del true crime, la tendencia actual con más hype del policial en las artes combinadas.
Latinoamérica: terreno fértil para el policial y el true crime
Si bien siempre se habla de la preponderancia de las producciones estadounidenses o británicas, la realidad es que en este último tiempo hemos visto cómo poco a poco las producciones sobre situaciones que marcaron Latinoamérica están ganando terreno.
Al instante son cuatro las producciones latinoamericanas que se nos vienen inmediatamente a la mente por su nivel de ejecución, por sus casos tan particulares y por su éxito en redes sociales: Carmel: ¿quién mató a María Marta?, Joao de Deus: Curandero y Criminal, Pacto Brutal: El asesinato de Daniella Perez y Las 3 muertes de Marisela Escobedo.
Pero no todo es true crime en el género policial. Las ficciones también pican en punta hace tiempo en Latinoamérica. Un caso muy reciente y recordado es el de la argentina El secreto de sus ojos (2009), que no solo ganó un Oscar a Mejor Película Extranjera, sino que tuvo su propia versión estadounidense. Y el impacto social de la mexicana ¿Quién mató a Sara? de Netflix o la argentina El marginal dan la idea que el camino de la región es preciso.
Latinoamérica nada tiene que envidiar sus propias producciones policiales. Ya sea aquellas inspiradas en crímenes que marcaron sus sociedades o ficciones que logran que todos quedamos estupefactos viéndolas
Ahora, ¿por qué nos gustan tanto? La razón que sociólogos y especialistas varios (antropólogos, sobre todo) apuntalan es que son reflejo de la propia sociedad: las genera, las ve, las abraza. Es complejo y acusador ese argumento. Desde aquí, me arrimo a decir que me intrigan, sin importar su origen.
