Durante los años 90 y principios de los 2000, Hugh Grant fue sinónimo de comedia romántica y apuesta segura del éxito. Con su encanto británico, mirada traviesa y un toque de torpeza encantadora, conquistó al público mundial en clásicos como Cuatro Bodas y un Funeral, Un Lugar Llamado Notting Hill y Realmente Amor.
Estas películas no sólo definieron una era, sino que consolidaron a Hugh Grant como el máximo galán de las rom-coms. Su papel en Cuatro Bodas y un Funeral incluso le valió un Globo de Oro a Mejor Actor y lo catapultó a la fama internacional.
Pero la carrera de Hugh Grant no se quedó congelada en esa imagen. Tras un periodo más discreto, el actor encontró un nuevo aire en el streaming, demostrando que su talento iba mucho más allá de los romances londinenses.
En la serie de HBO de 2020, The Undoing, sorprendió con un papel oscuro y perturbador junto a Nicole Kidman, en una serie que se convirtió en uno de los estrenos más vistos en la plataforma: de acuerdo con Variety, superó los 12 millones de espectadores en su primera temporada.
En Netflix, también brilló con un giro inesperado, Glass Onion: A Knives Out Mystery le dio un pequeño pero significativo papel, mostrando su versatilidad en un filme que arrasó en audiencia global y alcanzó más de 279 millones de horas vistas en sus primeras semanas.
Además, en A Very English Scandal recibió nominaciones a los Globos de Oro y los Premios Emmy, confirmando que podía brillar en terrenos más dramáticos.
Su transformación artística también incluyó interpretaciones más arriesgadas y divertidas, como el excéntrico villano en Paddington 2, o su papel satírico en Unfrosted, donde demostró que no teme reírse de sí mismo.
De igual forma mostró su talento musical en Wonka, donde interpretó la canción de los Oompa Loompa, junto con Timotheé Chamalet.
El actor nacido el 9 de septiembre de 1960, pasó de ser el eterno galán de los noventa a convertirse en un actor camaleónico que sigue vigente gracias al streaming. La trayectoria de Hugh Grant es un recordatorio de que los ídolos no se apagan: se reinventan, cambian de piel y conquistan nuevas generaciones.
Porque en el fondo, Hugh Grant no dejó de ser ese protagonista que roba sonrisas: sólo aprendió a hacerlo en géneros distintos, así demostró que su talento es mucho más duradero que cualquier moda pasajera.