PRI: crónica del fin. “La implosión” - Spoiler Time

PRI: crónica del fin. “La implosión”

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El documental logra que el asesinato de Colosio se sienta como la "implosión" definitiva: la violencia y las contradicciones políticas generadas dentro del propio PRI y el sistema salinista terminan devorando a su propio heredero, desatando una crisis de ingobernabilidad y una pérdida de fe en la clase política que marcarían el fin del dominio priista.

1 El desgarramiento partidista y el nuevo PRI

La serie documental de Denisse Maerker, “PRI: crónica del fin”, alcanza un punto de máxima tensión en su tercer episodio, “La implosión” (1988-1994). Este capítulo se adentra en el corazón del sexenio de Carlos Salinas de Gortari, un periodo de aparente modernización y estabilidad que, bajo la superficie, estaba gestando las contradicciones que llevarían a la debacle del partido.

El documental expone cómo el gobierno de Salinas, a pesar de su controvertido origen electoral en 1988, se vio forzado a impulsar una transición democrática “desde arriba” para restaurar la legitimidad perdida. Esta necesidad de legitimación se tradujo en dos acciones que desgarrarían las viejas estructuras del partido:

 La Creación del IFE (Instituto Federal Electoral): El gobierno de Salinas promovió reformas electorales que, si bien aún no lograban la total autonomía de los organismos, sembraron las bases para la creación de una institución ciudadana que pusiera fin a la hegemonía electoral del PRI. Esta acción representó un doloroso desgarramiento: el PRI, por primera vez, estaba cediendo el control total de los comicios, reconociendo implícitamente que el viejo sistema (el del fraude de 1988) ya no era sostenible.

 El Programa Nacional de Solidaridad (Pronasol): Salinas entendió que el neoliberalismo tecnócrata no podía gobernar solo con números. Para contrarrestar el descontento social generado por el ajuste económico y el fraude electoral, impulsó Solidaridad. Este programa social, cuyo objetivo era abanderar al PRI como un “gobierno social”, se convirtió en la herramienta central para mantener la base corporativa del partido, llevando recursos a los municipios y buscando un contacto directo con las clases populares. Sin embargo, en el documental se subraya que esta maniobra fue una sofisticación del viejo clientelismo, buscando sustituir el viejo corporativismo de las bases por un nuevo clientelismo social directamente dependiente de la figura presidencial.

2 La sucesión presidencial Colosio v Camacho

El episodio ahonda magistralmente en la compleja y trágica dinámica de la sucesión presidencial. Salinas, determinado a elegir a su sucesor sin el viejo “dedazo” para consolidar su proyecto de “Nuevo PRI” y modernización, preparó meticulosamente a Luis Donaldo Colosio para la candidatura.

La narrativa crítica de la serie destaca cómo Salinas llevó a Colosio por una trayectoria administrativa de alto nivel (presidente del PRI, Secretario de Desarrollo Social), buscando darle el conocimiento público y la experiencia para que su designación pareciera una elección obvia y meritocrática, no un simple dedazo. Colosio representaba la lealtad al proyecto neoliberal salinista.

Sin embargo, en el camino se interpuso Manuel Camacho Solís, su rival más fuerte.

 Colosio representaba la disciplina tecnócrata y la continuidad del proyecto salinista. Era el candidato “institucional” que había sido formado para ello.

 Camacho Solís, en cambio, era un político de la élite con mayor sensibilidad hacia el ala más tradicional del partido y, crucialmente, mantenía una amistad personal con Cuauhtémoc Cárdenas, el gran disidente y líder de la izquierda (PRD).

El documental subraya que fue esta relación de amistad con Cárdenas lo que incomodaba profundamente a Salinas. Para el presidente, la traición de 1988 seguía viva, y la idea de que su sucesor pudiera tener un puente abierto con la izquierda era inaceptable para su proyecto político. Por ello, la postulación final de Colosio, aunque inicialmente parecía un acto de continuidad, fue crucial en el futuro de México, pues enajenó a la poderosa facción camachista, intensificando las luchas intestinas del PRI.

3 Contundencia documental y el asesinato de Colosio

El punto culminante del episodio es el dramático asesinato de Luis Donaldo Colosio en Lomas Taurinas, Tijuana, el 23 de marzo de 1994.

La serie de Maerker logra una contundencia documental y una imagen fidedigna de la investigación al utilizar una característica de gran peso: el cuestionamiento testimonial a los ejecutores y protagonistas del poder. A través de entrevistas directas, la serie confronta las versiones oficiales con las voces de quienes estuvieron en el centro de las decisiones (Salinas, Beltrones, etc.) y quienes sufrieron las consecuencias (la familia, los rivales).

Esta característica no solo enriquece la investigación, sino que obliga a los protagonistas a revisitar sus decisiones, exponiendo las grietas en el discurso hegemónico. El documental logra que el asesinato de Colosio se sienta como la “implosión” definitiva: la violencia y las contradicciones políticas generadas dentro del propio PRI y el sistema salinista terminan devorando a su propio heredero, desatando una crisis de ingobernabilidad y una pérdida de fe en la clase política que marcarían el fin del dominio priista.

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