Navidad ha llegado a Vikings y una nueva celebración religiosa refleja las diferencias entre los reinos católicos y Kattegat, gobernada por la adoración a los dioses nórdicos. En este contexto, mucho historias crecen: Floki, que fue liberado, y las diferencias con Aslaug siguen atormentando a Ragnar. Además, en Francia, sucede lo inesperado, en Wessex cada uno empieza a tomar su lugar para ser feliz a costa del rey Aelle y, por el lado de Bjorn, la aventura parece que verdaderamente lo ha fortalecido.
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En París las cosas se han acomodado y Rollo por fin tendrá su noche de bodas. Luego de ser rechazado una y mil veces por la princesa Gisla, el cardenal ha llegado para anular el matrimonio. Los papeles y la ceremonia están listos, pero Rollo tiene una sorpresa para todos: “¡He aprendido su idioma!”, declaró. “Princesa Gisla, te ruego que no hagas esto. Yo sé que mi destino es estar contigo. Y juro que, como usted, estoy preparado para defender París hasta la muerte “. Confirmado, dejó su vida pasada, abandonó sus creencias vikingas para acercarse al catolicismo y volverse todo un conde francés. Ahora, el sexo gobierna su vida y con Gisla se han puesto al día.
Bjorn se prepara para volver a casa, luego de pasar el largo invierno y luchado con sus demonios internos. Se pone en marcha y utiliza la piel de oso muerto como un trofeo de sus victorias. Pero una nueva amenaza lo espera: el asesino enviado por Kalf y Erlendur, el Berserker. La batalla es brutal. El Berserker le corta la cara a Bjorn y lo deja sin arma al romper su hacha. Bjorn utiliza sus conocimientos de caza, saca lo mejor de su sangre guerrera y atrapa a su enemigo alrededor de un árbol. El joven conocido como “brazo de hierro” le quita anillo, aquel que Erlendur le dio para que pueda cumplir su misión y le pregunta: “¿Quién te envió?”. Sin respuesta, continua pidiéndole explicaciones, pero el hombre no responde. Tajante como su padre, no le vuelve a cuestionar y lo apuñala en el estómago. Permite que sus entrañas caigan al suelo y lo abandona.
Ladgerda consigue un poco de paz y tranquilidad en Hedeby, pero que no durará mucho con Erlendur y Kalf conviviendo con ella. Los planes de estos dos son liberar al mundo de Ragnar y su linaje. Lo que apuntaba directo a Bjorn. Pero la sorpresa fue para todos, incluso para el espectador. ¿Fue hasta Hedeby a anunciar su victoria sobre el Berserker? No. ¿Fue para rescatar a su madre de Kalf y Erlendur? Tampoco. Entró lleno de confianza, saludó, brindó, y se llevó a Torvi, esposa maltratada de Erlendur. Por ahora, todo bien para el primogénito de Ragnar.
De nuevo en Kattegat, Ragnar trata de enseñar a su hijo, Ivar, sobre las costumbres vikingas. La madre del pequeño se lo impide. El protagonista de la serie se acordó de ser un buen padre para este hijo discapacitado y su esposa se interpone y le recuerda que “no puede ser como él”. Le quita al pequeño rubio de sus brazos y le vuelve a gritar: “Él no es como tu”.
Por su parte, Floki va a ver al vidente para intentar, tal vez, encontrarle alguna razón a su vida luego de perder a su hija y de ser acusado de la muerte de Athelstan. El vidente nunca ha tratado a nadie como lo hizo con Floki. “He esperado mucho tiempo”, le dice la criatura. “Cientos de años, mientras que yacían en el suelo mojado, a la espera en el espacio entre la vida y la muerte. Muéstrame lo que eres.” El vidente lame la mano de Floki, no al revés como se sucede cada vez que le van a pedir un consejo. Parece que al ex amigo de Ragnar le espera un destino más grande de lo que jamás había imaginado.
¿Qué sentido tiene la vida de Ragnar sino está rodeado de una mujer linda y sensual que lo glorifique? Bueno, aquí la misión de Yidu. Aslaug se da cuenta de esto y se lo hace saber. Ella le pregunta: “¿Te gustaría pasar algún tiempo con ella?” Ragnar aceptar, claro. Se la lleva a Yidu a un lugar especial: una casa en un lago donde es su refugio. “Nadie más ha estado aquí,” dice Ragnar. “Es el único lugar donde no me siento solo.” Yidu no entiende puede ir y venir como le de la gana y se lo pregunta. El le contesta: “Sólo si es tu deseo”.
Yidu cura a Ragnar con una antigua medicina china y tienen su momento. Pero Aslaug no se iba a quedar con los brazos cruzados y lleva a Ivar con Floki. Ella sabe cómo el constructor de barcos rinde homenaje a la dioses y le pide que el pequeño pueda aprender las artes oscuras. Dos de las personas más cercanas a Ragnar en el pasado, hoy se unen para vengarse y de la peor manera.
Pero los problemas no dejan de presentarse. Como comentaba la otra noche mientras miraba la serie: mientras en Game Of Thrones las guerras y los enemigos tardan una inmensidad en declararse, en Vikings todo tiene otra velocidad.
Un nuevo rey llega a Kattegat: Harald Finehair. Este rubio con la cara toda tatuada quiere conocer al famoso rey Ragnar, pero él está disfrutando de la vida con su nueva amiga y no puede ser encontrado. En su lugar, Aslaug y los pequeños herederos de Kattegat le hacen frente. En medio de una fiesta salvaje, con una especie de ajedrez desarrollándose, este nuevo personaje le cuenta a Aslaug una historia. “Hice una promesa a alguien”, dice Harald. “Una mujer. Una princesa. Yo quería casarme con ella, pero ella me rechazó. No era lo suficientemente importante y tenía otras ofertas”. Aslaug se burla: “¿Por qué no la tomate?”. Este le contesta: “No sé”, sonríe. Y le contesta que, para lograrlo, debe convertirse en el rey de toda Noruega. “Para eso tendrías que derrotar a mi marido”, desafía Aslaug con la clara intensión de hacer tiempo hasta que su marido regrese.
Ragnar entra en la sala luego de que Bjorn se apersone con su nueva pareja, justo a tiempo para ver a un hombre en su trono, hablando con su esposa e hijos. La tensión se apoderó de la sala y los títulos marcan el final del capítulo. ¿Será el verdadero villano de esta nueva temporada o se unirá a Ragnar para desafiar, nuevamente, los reinos europeos? ¿Quién será esa princesa que mencionó Harald cuando se dirigió a Aslaug? Una semana es demasiado para seguir descubriendo a este nuevo y misterioso personaje.
