La Primera Profecía es la película más sangrienta, estridente y grandilocuente de toda la franquicia
La precuela de la clásica La Profecía hace el esfuerzo por sentirse auténtica en su premisa.
En 1976, Richard Donner realizó uno de los clásicos del terror del subgénero de niños malditos o anticristos: La Profecía (The Omen), con Gregory Peck y Lee Remick, significó el hito de finales de los setenta y pasó de ser un proyecto que podía no haber sido nada, pero que al aceptar Peckel personaje de Robert Thorn, incrementó el nivel de la película y muchos comenzaron a considerar el proyecto como serio y de alto presupuesto. La Profecía representó para Gregory Peck la película más redituable y taquillera de su carrera, una coincidencia meramente circunstancial porque el actor se encontraba en un retiro voluntario debido al suicidio de su hijo Jonathan Peck cuando aceptó leer el guion y hacer la película.
Hoy, a 48 años del estreno de La Profecía, llega La Primera Profecía (The First Omen), una película de terror sobrenatural dirigida por Arkasha Stevenson, quien coescribió el guion con Tim Smith y Keith Thomas a partir de una historia de Ben Jacoby, fungiendo de precuela de la cinta de Richard Donner, siendo la sexta película de la franquicia de La Profecía.
La Primera Profecía, protagonizada por Nell Tiger Free, Tawfeek Barhom, Sônia Braga, Ralph Ineson y Bill Nighy, sigue a una mujer estadounidense enviada a trabajar en una iglesia en Roma que descubre una siniestra conspiración para provocar el nacimiento del Anticristo.
Sí, ya hemos visto esta premisa repetidas veces en el cine y en diversos géneros como acción con The end of days (1999) con Arnold Schwarzenegger o Bless the Child (2000) con Kim Basinger o el ya descartado remake del 2006. La fortaleza de La Primera Profecía es, como en todas las producciones precuélicas hollywoodienses, su nostalgia al retomar el canon de la clásica de los setenta y descarta lo hecho en 2006; sin esto la historia es débil y sin motivo aparente porque, aunque pretende crear atmósferas tensas entre la cinta y el espectador, no lo logra. En su primera mitad todo se siente reciclado de otras películas que incluyan monjas, anticristos y por supuesto, conventos.
La Primera Profecía no escapa de los elementos del subgénero que la clásica de 1976 estableció hasta la fecha y los cuales la hacen insuperable. Esta maldición que Hollywood quiere vencer con películas como El Exorcista (1973) y ahora La Profecía parece ser muy fuerte ante la falta de creatividad e intención hacia el género del cine de terror con escritores y directores que solamente son ejecutores de órdenes de estudio para crear una producción. Luca Guadagnino sortea muy bien estos vicios con Suspiria (2018) ya que rememora a su clásico del giallo de Dario Argento pero se aleja totalmente de su estética y va directamente al extremo opuesto, hacia lo simétrico y artístico más que al slasher y lo sangriento; aunque sí hay sangre, y mucha… El secreto es el respeto y la creatividad por la obra cinematográfica que se retoma para hacer un remake.
No me mal entiendan: La Primera Profecía no es del todo mala, lo que pasa es que recrear lugares comunes del cine de monjas terroríficas y jumps scares no son síntomas de una historia de calidad para lo que pretende ser y establecer para el futuro de la franquicia.
La Primera Profecía tiene elementos nostálgicos muy rescatables en su segunda mitad que derivan en que el espectador quiera ver La Profecía y creo que eso ya es un éxito. También algo que la película hace excelente es dar un giro que aunque se espera y es predecible; se disfruta mucho en el camino con la actuación de Nell Tiger Free que viaja entre la inocencia clerical hasta la demencia satánica: se agradece muchísimo, así como las escenas sangrientas de los “accidentes” que cada uno de los que quieren impedir el mal, sufren.
La Primera Profecía parece ser un nuevo comienzo y, necesariamente o no, es la más sangrienta, estridente y grandilocuente de toda la franquicia. La cinta tiene este esfuerzo por sentirse auténtica en su premisa como precuela, pero solo logra hacerlo después de su segunda mitad.
