Red ejemplifica cómo es el proceso de crecer hasta encontrar el verdadero ser - Spoiler Time

Red ejemplifica cómo es el proceso de crecer hasta encontrar el verdadero ser

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Fernando Castañeda habla de Turning Red, la nueva película de Pixar que habla sobre crecer, enfrentar a tus padres y encontrar tu lugar en la vida.

A lo largo de la historia del cine una de las historias que mas se repiten son los coming of age, un género que muestra el crecimiento, más que en lo físico, en lo personal, del protagonista o varios personajes en cuestión. Uno de los ejemplos claros de este tipo de producciones es The Breakfast Club; más adelante llegarían otras como Superbad o Booksmart. Esta última sirve como referencia para Red, la nueva película de Pixar, que ha estrenado en Disney+.

Al igual que la película dirigida por Olivia Wilde, la nueva película animada cuenta con una directora Domee Shi (Bao) y un grupo de mujeres detrás de la producción que tiene como foco central al personaje de Mei, una chica de trece años que radica en la ciudad de Toronto, Canadá. La trama se ubica a principios de los 2000s, cuando Mei comparte una amistad con Priya, Abby y Miriam, niñas de su edad que están cursando la secundaria y que tienen en común un desmedido amor por 4*TOWN, una boyband que hace recordar a Backstreet Boys o N*SYNC.

Pero fuera de esa amistad, Mei es una hija muy responsable que ha acatado el estricto orden que su ladre, Ming, ha impuesto en ella, por lo cual a veces sus amigas no entienden el porqué se comporta de esa manera y tienden a catalogarla como aburrida. El encuentro con un chico empezará a desatar en Mei una serie de emociones que no reconoce y que la llevarán a tener un conflicto con su madre, lo cual generará en ella que se transforme en una panda roja, sin saber que esto es una maldición familiar que se ha heredado por generaciones a las mujeres de su familia. Junto a sus padres y sus amigas Mei intentará llevar un balance de su nueva vida que la hará lidiar con el drama de la adolescencia y tratar de llegar con bien a un punto clave para deshacerse de la panda roja, sin saber que este será un camino de crecimiento para encontrarse consigo misma.

Crédito: Disney/Pixar

Una vez más Pixar vuelve a explorar el tema de los cambios que se enfrentan al crecer, característica que ha estado presente en su filmografía, Toy Story y Luca son ejemplo de ello. Esta vez lo hace desde una mirada femenina, como ya anteriormente lo había hecho con Brave. Si bien es algo que hemos visto antes, refrescar el tema al ubicarlo dentro de la sociedad canadiense de 20 años atrás, mostrando a una joven venida de una familia de ascendencia china, con costumbres más estrictas, que se desarrolla en una sociedad occidental: todo este contexto sirve para ir más allá y hablar cómo el crecimiento impulsa la búsqueda de nuestro ser, el encontrar quiénes somos en la vida y comenzar a formar nuestro propio camino.

La película retrata de forma exitosa la amistad de las cuatro jóvenes que son verdaderas amigas en las buenas y en las malas. Deja atrás los modelos ya establecidos donde un grupo de mujeres siempre está criticando mal a las otras, para demostrar que a veces se puede “hablar mal” como parte de un tema objetivo de querer que la otra persona acepte sus errores y logre trabajar en ellos para realizar un cambio positivo en la vida. Y además, a través de la figura de la panda roja, se hace una analogía sobre el duro proceso de la pubertad, el cual es un tema que ha incomodado a las chicas que pasan esa etapa y a las madres que tienen que enfrentarlo junto a ellas de una forma poco natural.

Crédito: Disney/ Pixar

Sobre el proceso de crecer, Domee Shi y Julie Cho, coguionistas de la historia, lograron no sólo mostrar la dura etapa de la adolescencia, sino también abordar el proceso de los padres, en este caso particular de Ming, la madre de Mei, al ver a su hija pasar por esa etapa, y reencontrarse con aquellos pensamientos y vivencias que la atormentaron durante esa misma época años atrás. La panda roja significa la transformación a la que muchas veces nos negamos por miedo a crecer en cualquier momento de la vida, haciendo que la historia llegue a un final donde Mei encuentre a su verdadero yo de una manera emotiva, como bien Pixar sabe hacerlo.

Dejando a un lado la historia y el guion, la animación es algo que gratamente me sorprendió. Está llena de colores, demostrando esta vida idílica qué se vive en la preadolescencia, una etapa que nadie imagina a lo que se va a enfrentar más adelante. Además de notarse la inspiración de la producciones de oriente, ya que muchas veces toma elementos prestados del anime (ya sé que es japonés y no chino) para enfatizar las emociones de los personajes que vemos en pantalla. Eso le da frescura y apela a conectar con otro tipo de público que gusta de consumir más contenido venido de oriente.

Crédito: Pixar Animation Studios

En conclusión, debo confesar que Red era una película de la cual poco esperaba y terminó convirtiéndose en una grata sorpresa al poder combinar temas tan profundos de una forma tan divertida y emotiva como resulta el producto final. Vaya forma de ubicar una historia en el pasado con mucha resonancia en el presente. Y ojo, que aunque es una historia con una carga muy femenina, esta logra una conexión con cualquiera que decida darle una oportunidad sin importar su género. Los adultos verán reflejado el duro y necesario proceso de quemar las naves en la adolescencia.

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