Un drama clásico de paternidad, aceptación y redención llega para enternecernos pero…
Hoy llega a Apple TV+ la cinta Palmer, tercer largometraje en casi 20 años del director Fisher Stevens. Se nos presenta un drama de redención y paternidad estelarizado por Justin Timberlake, Juno Temple y el joven actor Ryder Allen.
La historia escrita y producida por Cheryl Guerriero, autora de unos cuantos guiones de cine pero que en los últimos años se volvió popular por el libro Girl on Point que le valió para aparecer en el popular show de Oprah llamado Book Club, generó expectativa por la inclusión en el cast del afamado músico Justin Timberlake pero sobre todo por que la cinta presentaba, en los primeros avances, a Sam (Ryder Allen), un niño que gustaba vestirse de niña, y su relación con un ex convicto que regresa a casa en busca de redención: Palmer (Timberlake).
La historia es un drama en el que iremos descubriendo a lo largo de los minutos los motivos que llevaron a Palmer a cometer un crimen que lo mantuvo 12 años en la cárcel.
La película inicia cuando él regresa a su pueblo natal a casa de su abuela, único familiar que cuidó de él cuando era joven. Palmer se sorprende al ver que la abuela se hacía cargo de un peculiar niño, que gustaba de vestirse de mujer, jugar con muñecas y cuya máxima aspiración era convertirse algún día en princesa, mientras su madre, Shelly (Juno Temple), se perdía en los vicios desapareciendo por semanas.
Palmer trata de vivir la complicada vida de un ex convicto, sufriendo el rechazo de los lugareños, sin fuentes de trabajo disponibles, y con la obligación de llevar un camino ejemplar por su libertad condicional; hace lo posible por tratar de encontrar un trabajo y mantenerse alejado de los problemas. Pero todo se complica cuando la abuela fallece, dejando a Sam al cuidado único de Palmer mientras la madre del niño desaparece por meses. Ahora él tendrá que cargar con sus propios problemas incluyendo ahora cuidar a un niño que es objeto de bullying por parte de sus compañeros (y sus padres).
Indefectiblemente, Palmer se encariñara con Sam (¿y quien no?), pero el regreso inesperado de la madre y su terrible estilo de vida volverá a estremecer la aparente estabilidad que Palmer estaba logrando y lo llevará al límite con tal de proteger a su ahora compañero.
La actuación de los tres actores principales, Timberlake, Palmer y Allen logran llevar avante este drama evitando por muy poco que sea uno genérico de esos que vemos en Hallmark Channel. Esto es gracias a la dirección de Fisher Stevens, quien se apega totalmente a la estructura de los dramas familiares clásicos y no busca sorprender o innovar por ese lado. Su centro está en la actuación de los principales quienes logran entregar lo esperado, pero el que sobresale es el pequeño Ryder Allen.
Pero...
El drama que pintaba para ser uno que impactara con más profundidad por los temas que toca, lo hace muy superficialmente. Aunque el foco está en la relación Palmer-Sam, la identidad sexual de Sam y los problemas mentales de Palmer no son desarrollados adecuadamente y pareciera que el gusto de Sam por las cosas femeninas es provocado solo por la irresponsabilidad de la madre. Además, la historia al apegarse totalmente a los cánones de los dramas de antaño, no logra sorprender y en momentos se vuelve muy predecible. Sin embargo, cumple con la función de levantarnos el ánimo.
En resumen
Palmer es un efectivo drama clásico en el que se tocan temas como la redención, la paternidad y la aceptación enmarcados en una historia sencilla que, aunque no llega a ser perfecta ni tan profunda, cumple perfectamente con la misión de cautivarnos, poner una sonrisa en nuestro rostro y nos invita a soñar con ser lo más queramos en la vida y luchar por ello.
