Como bien dije este pasado martes 5 de Octubre en una nota, los hombres de hoy día tenemos tendencia a mirar a las féminas desde otro plano más allá de lo físico: las actitudes, los gustos, los sentimientos… O sea: tenemos tendencia a ser mimosos y a pedir cariño y atención.
Listo, lo dije.
En este artículo te relato con texto e imágenes cómo puedo llegar a actuar uno de esos domingos en los que mi novia se interna a ver series, yo no puedo acompañarla y NO ME DA NI LA HORA.
Domingo. Despierto de la siesta. Miro a mi lado y estoy solo en la cama. Empiezo a buscar: ¿dónde estará mi novia?
La llamo al teléfono móvil una, dos, tres, MIL veces. No atiende.
Mi desesperación es tal que hasta salgo por las calles de mi barrio y pregunto por ella.
Vuelvo a casa y... ¡la encuentro! ¡Al fin! Lanzada en el sillón, calladita, viendo VARIAS series. Le digo que no puedo acompañarla, que tengo que escribir para spoilertime.com. No me registra. Se queda allí, cual estatua. Trato de convencerla COMO SEA para que deje su pose de vegetal y me hable. Ni caso.
Me enfado. ¿Y qué mejor que empezar a hacer lío para llamar su atención?
Segundo paso: hacer desorden y suciedad. Sigue igual.
No aguanto más... ¡ATENCIÓN, HERMOSA, POR FAVOOOR!
Ya empiezo a delirar y realizo actos que nunca pensé que realizaría.
Hasta le canto una balada al mejor estilo rockero de la década de 1980 para que, aunque sea, se dé vuelta y sonría. Nada de nada.
Bueno, bueno, bueno... ya estoy totalmente indignado, desahuciado, triste... pero no busco venganza: limpio todo el desmadre que hice.
Pero el destino me depara lo peor: pago las deudas con algún accidente doméstico. Y aprendo: VIVIR Y DEJAR VIVIR.