Una comedia de época víctima de sus propias carencias
Dentro de la industria cinematográfica mexicana encontramos que la comedia se encuentra en la cima de los géneros más consumidos por el espectador local, pues no es mentira el decir que el mexicano tiene el encanto de burlarse de cada situación que sucede en su vida (incluida la muerte), una pizca del folklore y humor que forma parte de nuestro día a día, es por eso que cada año encontramos un sin fin de producciones que apelan a este sentido.
Comedias, todo comedias. Las hay relativas al deporte, al amor, al ámbito laboral, a la migración, entre muchas otras, pero desafortunadamente no logran conectar con la audiencia de forma justa (casos excepcionales como No manches Frida 2 y Mirreyes Vs. Godínez), por lo que pasan sin pena ni gloria dentro de la cartelera nacional. En dicho tenor, llega a la pantalla grande una historia escrita y dirigida por Fernando Rovzar y Mark Alazraki, Mentada de padre, protagonizada por Osvaldo Benavides, Mauricio Isaac, Mauricio Barrientos, Antonio Gaona y Héctor Suárez. La cinta ofrece lo que promete: una mentada al espectador.
La historia nos lleva a la década de 1940, al momento en que el acaudalado patriarca de la familia Castillo (Suárez), reúne a sus ya maduros 4 hijos para anunciarles que está por fallecer. Castillo impone como única condición de su herencia que competan entre sí en una serie de actividades para determinar al heredero único de toda la fortuna. El ingrediente especial es que los retos serán transmitidas en vivo (tal cual reality show) a través de un programa radiofónico de la localidad. Una trama que podría considerarse distinta y diversa a la cotidianidad de nuestra industria, sumándole el hecho de que la época en la que se lleva a cabo este suceso le aporta vitalidad y chispa, pero como suele dictar la costumbre, la construcción de la ficción se cae pasado el primer acto.
Mentada de padre sabe a la perfección cual es su intención y el motivo por el que está realizada, no pretende más, pero aún con esa honestidad y firmeza desafortunadamente falla para cumplir su propósito, pues utiliza un sinfín de clichés mexicanos que solo provocan un leve esbozo de sonrisa, a la par de un sentimiento de incomodidad y pena ajena por lo expuesto en pantalla, fórmula más que utilizada a través de los años y replicada sin éxito en esta producción. El mensaje relativo a la familia, al autoconocimiento y realización de los sueños propios y de que al final la vida siempre tendrá una alegría para todos, se siente plano y fuera de lugar.
El tono humorístico que maneja nunca sobresale, se mantiene en una linea entre lo burdo y lo exacerbado sin gracia, cayendo incluso en la monotonía de lo simple, provocando un creciente hartazgo con respecto a la historia de los protagonistas, quienes carecen de carisma y empatía, convirtiéndose en simples marionetas a disposición de este pseudo reality que poco o nada ofrece para consagrarse dentro de la cinematografía mexicana.
El diseño de producción es algo que sobresale dentro de esta narrativa, al igual que el posicionamiento histórico en cuanto a maquillaje, vestuario y comportamientos sociales, un retrato superficial bien intencionado y elaborado que nada puede hacer para salvar esta debacle.
En general, Mentada de padre es una tibia elaboración de una comedia que pretendía desprenderse del colectivo humorístico que año con año desfila dentro de nuestra cartelera nacional y que falla rotundamente en conseguir la meta pretendida.
La película lo tiene todo: el carisma de Gosling, la presencia de Blunt y los chistes simplones en yuxtaposición de la complejidad coreográfica con peleas que incluyen un ingenioso manejo de cámaras.