Lo bueno y lo malo de la serie protagonizada por Katherine Langford

A pesar de ser amantes de la fantasía medieval, debemos confesar que nos costó un poco terminar la primera temporada de Cursed, serie protagonizada por Katherine Langford. La verdad es que encontramos muchos fallos en el camino, aunque no dudamos que pueda mejorar en una segunda entrega, porque también tiene varios aciertos.

A continuación, te contaremos qué fue lo que nos pareció bueno y malo de esta serie de Netflix que reimagina la leyenda artúrica y que se basa en la novela gráfica de Frank Miller del mismo nombre.

Algo que aplaudimos de la serie es que las mujeres realmente son las protagonistas y no necesitan que un hombre las esté salvando. Cada una con sus habilidades decide el rumbo de su destino. Amamos que Nimue fuera fuerte, independiente y que no se dejara llevar por los consejos de los hombres que la rodeaban. También sus amigas supieron sobrevivir a las adversidades que les tocaron y, además de ayudarse entre ellas, como cuando Morgana ayudó a Nimue a liberarse de los paladines rojos, salvaban el día, como cuando Flecha Roja llegó a salvar a Arthur y la población inefable.

Otro punto que nos encantó fue que pusieran a personajes de color para Morgana y Arthur, dos de los personajes principales de la serie. Nunca se cuestiona el color de su piel ni se les hace menos por eso, aunque la serie no deja de lado este problema real y muy actual del racismo y xenofobia al mostrarnos cómo la iglesia quería eliminar a los inefables por considerarlos diabólicos y no seguir sus creencias.

Finalmente, es refrescante ver cómo se transforma la leyenda artúrica en algo nuevo y eso es lo que le da chispa a la historia. Aunque el público ya sepa qué ocurre con la espada en la piedra y el Rey Arthur gracias a las versiones cinematográficas y televisivas de la historia, es interesante ver cómo Netflix toma a estos personajes y los arroja en caminos diferentes, dándoles un origen que desconocíamos, pero que está acorde a nuestra época.

En muchas ocasiones las tramas de la serie se vuelven repetitivas y caen en lo común. Por ende, se pierde fácilmente el interés del público. Por ejemplo el intento de triángulo amoroso entre Nimue, Arthur y el Caballero Verde o la redención del Monje que llora. Por supuesto, estos clichés y/o estereotipos no serían malos si se les diera otro giro, algo que no esperáramos.

La serie nunca nos responde por qué la Espada de Poder escogió a Nimue ni cuál es específicamente su maldición. Tan solo sabemos que fue “maldecida” por un demonio en  la forma de un oso que la dejó marcada, sin embargo, no sabemos nada de su procedencia o por qué la eligió a ella. Esto es algo que nos hubiera gustado que resolvieran, aunque esperamos que lo hagan en futuros episodios.

El Rey Uther Pendragon, su madre, Arthur y hasta la propia Nimue son personajes arquetípicos con los que no logramos tener empatía. Algunos de ellos les hacen falta personalidad y otros son demasiados torpes o fastidiosos. Si se tratara de personajes secundarios lo entenderíamos, pero no lo son. Incluso nos sorprende que la propia protagonista y su desarrollo no sean congruentes entre episodios y escenas.