El filósofo Michel de Montaigne dijo una vez que “la familia es como una jaula; uno ve a los pájaros desesperados por entrar, y a los que están dentro igualmente desesperados por salir”. Podría seguir citando frases de grandes pensadores y personajes importantes sobre la familia, pero estoy seguro que cada uno de nosotros tenemos una idea de como funciona o no una familia, todos tenemos una. Por eso, Familia de Rodrigo García.
Tensión, preguntas, respuestas, secretos familiares, gritos y recuerdos revestidos de tensión que terminan nuevamente o no en abrazos y perdones. ¿Quién no ha estado en una discusión familiar?
Familia trata sobre una familia peculiar y explora las complejidades de la convivencia en torno a una decisión que les cambiará para siempre. Una mesa, tres hijas, tres nietos, un padre de familia y una finca. Rodrigo García es un guionista de las interacciones familiares. Con Nueve vidas (2005) logró hilvanar la vida de mujeres enfrentándose a sí mismas y con eso retrató las complejidades de lo íntimo, de las relaciones amorosas y siempre desde una perspectiva muy clara, contundente pero cercana y aterrizado. Es un escritor siempre centrado en lo íntimo y en lo que pasa detrás de la puerta; las conversaciones y las discusiones que surgen de la interacción.
Familia, al igual que en cada una de sus películas, tiene un cast precioso que resulta en una interacción intensa. Daniel Giménez Cacho como Leonardo y padre de esta tribu sentado en la cabeza de la mesa rodeado de Ilse Salas, Natalia Solian y Cassandra Ciangherotti como sus hijas: una de ellas embarazada sin sentar cabeza y una novia al lado; otra con el esposo y la carrera perfecta que no necesita nada en la vida mas que crecer profesionalmente; nunca falta la que es inestable y más endeble, pero no menos importante. Todas giran alrededor del sol-padre, a veces dictador y autoritario, otras cariñoso, sincero, pero siempre líder. Así son los personajes de Rodrigo García: llenos de matices, de altibajos que dibujados por la luz se llenan de oscuridad, de sombras que los hacen humanos, muy reales. Familia es una tarde dentro de esos lugares comunes que adoramos pero que pasamos evitando toda la vida porque los familiares desgastan con sus preguntas, sus repuestas, sus juicios, los gritos también, pero que restauran con sus perdones, abrazos y consejos. Todo esto en la mira de una cámara bondadosa y diálogos simples a simple vista pero fuertes en el subtexto por su potencia personal y familiar.
Lo valioso de Familia de Rodrigo García son esas peleas en la sobremesa, las decisiones que se toman y en las que no se está de acuerdo. Al mismo tiempo el amor, soportar pero odiar y querer estar un rato y luego irse. Familia es las noticias abrumadoras, es honestidad cinematográfica y un texto maravilloso.
Para mí, una de las mejores películas del cine mexicano contemporáneo.
Ya en Netflix.
