Sidney Sweeney es la gran razón para ver Inmaculada de Michael Mohan - Spoiler Time

Sidney Sweeney es la gran razón para ver Inmaculada de Michael Mohan

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Una sorpresa dentro del desgastado subgénero de monjas y conventos malditos

Una nueva novicia llega a Roma para hacer sus votos de castidad, pobreza y servicio. Conoce a otra compañera que es rebelde y la mira como un bicho raro. Pronto las cosas comienzan a ser extrañamente bizarras cuando se embaraza de forma sobrenatural… No, no estoy hablando ni de La monja, ni de La primera profecía, ni tampoco de La monja 2. Es Inmaculada (Immaculate) con Sidney Sweeney. ¡Amén!

Siempre he dicho que el cine de terror es efectivo cuando se logra construir una atmósfera propicia para el susto verdadero. Los elementos cinematográficos deben abonar para sugestionar al espectador: la cinematografía, la música, el lenguaje cinematográfico, todo orquestado para por lo menos decir ¡qué buena película que le hizo dudar las manos! Inmaculada hace todo lo contrario. Sus primeros minutos llevan al espectador por una serie de lugares comunes y nos hace sentir que ya vimos esta película mil veces. Parece que quiere que nos salgamos del cine. Miras el celular y checas Facebook porque sabes que una monja loca viene a dormirla o atacarla en la oscuridad de esas recámaras góticas. ¡Así de predecible! Seamos honestos en esto: lo que nos mantiene ahí es Sidney Sweeney con su magnético carisma, nada más. De pronto nos cambian el rollo de la película por otra que comienza a ser más original, más gore, incluso con desnudos, pero sobre todo más arriesgada en su terror. Y sí, la sinopsis es la del primer párrafo, por si se lo preguntaban. 

No sé en qué momento Inmaculada reniega de su propia premisa y destroza moral y físicamente a su protagonista para comenzar a destazarla espiritualmente. Es una desintegración total de su ser, de sus creencias y de lo que siempre ha creído. Incluso Sweeney como Cecilia pasa de ser una novicia crédula y bien intencionada a una badass asesina que al igual que nosotros queda estupefacta con el giro que dieron los hechos ante sus propios ojos. Todo esto no es por espíritus o demonios y tampoco satanás tiene nada que hacer acá. Todo es humanamente posible.

Hubo momentos en que esta segunda parte de la película me recordó mucho a la Trilogía de los apartamentos (El bebe de Rosemary, El inquilino y Repulsión) de Roman Polanski, así de arriesgada se siente en este horror psicológico. Cecilia es sometida por los que ella creía serían su familia por el resto de su vida. No obstante, Inmaculada toma las riendas de su propio camino para volverse más humanamente aberrante rayando casi el cine de explotación y ese horror de ciencia ficción con tintes de body horror.

No obstante, y aunque sería grandioso que Inmaculada citara espiritualmente a Polanski, creo que su discurso dialoga más con Saint Maud de Rose Glass en el delirio al que somete a su protagonista: una joven que se encuentra perdida entre la religión devota y la desilusión absoluta en el mismo lugar del que debería emanar la santidad misma. Inmaculada, en su título, se yuxtapone precisamente a lo que hace alusión su significado con un final que es de no creerse que fueron tres minutos de un grito pelado sin cortes y que se hizo en una sola toma.

Inmaculada de Michael Mohan, con Sidney Sweeney, es una sorpresa dentro del desgastado subgénero de monjas y conventos malditos. Su segunda mitad está llena de fuertes y acertadas decisiones que la hacen sacrílegamente entretenida.

Ya en cines.

Video
https://www.youtube.com/watch?v=1lz5tE0Mkh0

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