Marion Crane inventa un horrible dolor de cabeza para salir de su oficina un poco más temprano de lo habitual. Su jefe es un hombre desconfiado pero apurado por depositar los 40 mil dólares que acaba de recibir como anticipo por una casa que vendió. Marion Crane sale de la oficina. Se cambia el vestido y prepara una maleta. En el escape, mientras sucede un alto en el semáforo, se encuentra con su jefe. En su mente pasan todo tipo de pensamientos y siente cierto grado de culpa; no obstante, no es lo suficientemente fuerte para hacerla regresar. En el camino se encuentra con un motel con una casa detrás: su administrador es Norman Bates y Marion Crane no conoce su fatal destino. Alfred Hitchcock en 1960, sin saberlo, dirigió la que se convertiría en la primera película slasher.
Norman y su madre Norma habían matado a Marion. Los intrincados morales que rodean a la señorita Crane y su inevitable cita con la muerte son el centro espiritual de Psycho (1960) y marcarían un génesis de asesinos en serie que hasta hoy perduran. Por eso, Thanksgiving (Viernes Negro) de Eli Roth.
¿De qué trata? Después que los disturbios del Viernes Negro acaben en tragedia, un misterioso asesino inspirado en el Día de Acción de Gracias aterroriza Plymouth, Massachusetts, el lugar de nacimiento de la infame festividad.
Eli Roth es un director travieso que en sus inicios su único objetivo consistía en causar un shock en el espectador con Cabin Fever (2002), un body horror que rayaba en el cine de explotación sin llegar a serlo. A Roth le encanta coquetear con los subgéneros; se nota en su saga Hostel. Muchos me podrán apedrear por lo siguiente que escribiré, pero Eli Roth fue precursor comercial o creador del subgénero conjunto llamado gorno (porno + gore), mostrando que el cuerpo es solo un recipiente para el deseo, la carne un instrumento, un medio, y así no existe valor en él; la persona se desvanece y la dignidad se omite, pero también el punto de compatibilidad entre ambos radica en la consideración de que el cuerpo es la cima del erotismo aún en su visión más mórbida o desvalorizada.
Con Thanksgiving (Viernes Negro), Eli Roth entrega un slasher a la vieja usanza, de esos que tenía mucho no se hacían. Una tragedia social en un pueblo de Massachusetts en contexto de un Viernes Negro, celebración en la que muchas tiendas hacen ofertas imperdibles para los desesperados clientes. Este frenetismo consumista es el centro de la crítica social (nuevo detalle en el cine del director) y principal motivo del asesino en esta nueva película de Roth. Este fragmento dialoga más con una sátira de horror que con un trauma que sirva de móvil para matar para este nuevo enmascarado. No obstante, el director nos deja bien en claro con esta introducción que ni él mismo se toma en serio su propia película y nos pide que la pasemos bien.
Así, Thanksgiving (Viernes Negro) tiene un pretexto social ácido en crítica, una festividad como contexto, personajes que, sí, algunos son memorables, pero lo son más cada una de sus muertes. Eli Roth entrega un sólido slasher porque sabe las reglas del género, paga respeto a estas pero, también se burla y las rompe de forma divertida, desenfadada, al mismo tiempo que, con muchos lugares comunes, sabe darles el perfecto giro de tuerca.
Thanksgiving (Viernes Negro) de Eli Roth es ácidamente sangrienta. Su poderosa pero sutil crítica al consumismo más idiota da pie a un asesino en serie. Un slasher a la vieja usanza lleno de humor negro, muertes hilarantes y un enmascarado que no perdona.
Ya en cines.
