Un raro suspenso sobrenatural, pero…

A veces la infancia no es del todo fácil para muchos, menos aún cuando eres un huérfano en espera que te adopten. La Dernière Vie de Simon (La última vida de Simón) de Léo Karman es la opción de suspenso del Tour de Cine Francés, que como cada año trae el balance perfecto entre cine de autor francés con algunas opciones mucho más enfocadas a un público masivo.

Simón es un niño que está a punto de entrar a la adolescencia, para él no ha sido nada fácil que muchos de sus amigos en el orfanato sean adoptados y él aún no. Cada amistad y vínculo que crea con ellos lo desilusiona al doble al perder amistades para siempre, pero también al no ser elegido para tener una familia. Un día dos niños con sus padres se mudan a la casa de al lado, rápidamente crea un vínculo de hermandad con ellos y se siente por fin en familia. Los padres de esta nueva familia comienzan a ver en Simón un nuevo integrante, como un hijo… hasta que un terrible suceso pone en evidencia el secreto del niño.

No soy fanático de los ejercicios de suspenso del cine francés y esta no es la excepción. Aunque La Dernière Vie de Simon pudo ser por mucho una propuesta interesante, el relato que se suponía debía de ponerte en suspenso no lo logra al perderse en un discurso melodramático insípido e inverosímil. Aunque la propuesta es muy original, el director no termina de cuajar si quiere uno sobrenatural o un melodrama familiar con tintes de ciencia ficción, esto ligado con la ineficacia del director para hacer de su historia buena en cualquiera de los dos subgéneros. El realizador no sabe establecer la atmósfera para dar a entender al espectador que lo que está por ver es importante, y es opacado por un melodrama familiar que tampoco es emotivo.

Lo anterior es el menor de sus problemas. También se suma lo reiterativo de la situación del personaje de Simón, un personaje por el cual no sientes ninguna empatía a pesar que esté escrito precisamente para eso: ser la herramienta para que el giro argumental funcione y cause emoción en el espectador. Sin embargo, no es así. A estas alturas si el clímax de la película no ha causado ninguna emoción en el espectador es que algo también está mal con la dirección de actores.

Otro de sus graves problemas es su duración de 1 hora y 40 minutos que se sienten como 3, esto es resultado del aburrimiento que la historia alarga por un gran rato al pretender ser primero una cinta de suspenso sobrenatural pero también un melodrama con tintes de ciencia ficción y no logra ninguno de los dos.

Algo en lo que le puedo dar un crédito a esta película del Tour es el uso de los efectos especiales que hacen un poco verosímil el secreto de Simón. Pareciera que esto podría haber resuelto el completo aburrimiento y hacer interesante el relato.

A pesar de los buenos efectos especiales y los intentos por lograr un suspenso interesante o un melodrama familiar intenso que logre atrapar al espectador, no se logra nada. 

La Dernière Vie de Simon es una película que pudo haber sido una gran historia pero la falta de destreza del director para ejecutar un buen guion con una trama interesante. Los primeros treinta minutos son los únicos importantes; a partir de ahí la próxima hora es aburrida sin nada que ofrecer.