Una hermandad de chicas de barrio que nos pone a pensar, pero… - Spoiler Time

Una hermandad de chicas de barrio que nos pone a pensar, pero…

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#LaDiosaDelAsfalto es una opción diferente que debes ver y debatir.

Susana Quiroz e Inés Morales se basaron en historias reales de las chicas banda del barrio de Santa Fe, Ciudad de México, para amalgamarlas en una historia que, de la mano de Julián Hernández, se presentó en la última edición del festival de Morelia, y que ahora llega a las pantallas de cine de todo el país.

Video
https://www.youtube.com/watch?v=JZKppPUiPRI

Esta cinta nos presenta la historia de 5 chicas del barrio de Santa Fe entre los años 1982-1992. Estas “chavas banda” viven en una de las colonias más pobres de la Ciudad de México en esos años, una que colindaba con grandes tiraderos de basura en donde abundaba la pobreza y la falta de oportunidades. Así, este grupo de chicas se reúnen para drogarse, emborracharse y pasar el tiempo juntas.

Max (Ximena Romo), Ramira (Mabel Cadena), Guama (Alejandra Herrera), Carcacha (Nelly González) y Sonia (Samantha Orozco) provienen de familias problemáticas, con padrastros y hermanos que intentaban aprovecharse de ellas. Ellas deciden hacer un pacto por el cual se apoyan mutuamente y se ayudan a lidiar con los problemas típicos de esa esfera de la sociedad. Esta “banda” de chicas va sorteando la vida hasta que un trágico evento las hace separarse por una década.

Así, en 1992, 10 años después, Max, quien tiene una banda de rock, decide regresar al barrio que la vio nacer y tratar de reencontrarse con sus amigas de antaño. Sin embargo, las cosas parecen que no han cambiado mucho desde la última vez que se vieron: aún hay heridas por sanar que tienen que ser cerradas antes de continuar con sus vidas.

La historia de La Diosa del Asfalto fue escrita desde el 2009, año en que ganó el concurso Matilde Landeta para escritoras y guionistas. El guion fue guardado por la falta de apoyos para producir la película. En 2018 Julián Hernández, quien formó parte del jurado que les dio el premio, recuperó ese guion para producirlo ese mismo año.

El estilo que plantea Julián Hernández trata de recordar las películas de los años 80, haciendo uso de planos inclinados, zoom, planos holandeses y contrapicados. Para las intervenciones musicales se usaron las composiciones de Jessy Bulbo, una reconocida rockera mexicana que en principio fue considerada para el papel estelar, pero al pasar el tiempo solo permanecen sus canciones.

La historia intenta recordarnos esos dramas ochenteros mexicanos que más bien eran tragedias, muy pesimistas que dejaban a los espectadores con un nudo en la garganta.

Pero...

La historia se centra en dos personajes, Max y Ramira, quienes nos entregan una actuación desigual en la que Ximena Romo no sale tan avante. Su acento y maneras para hablar como chica banda es muy exagerado, pero Mabel Cadena se lleva las palmas al interpretar el papel antagónico. 

La historia abusa del melodrama y no construye ninguno de sus personajes.  Además se ve opacada en varios momentos cruciales por los planos arriesgados con la cámara de parte del director, quien le quita emotividad a los eventos más significativos de la cinta al usar zooms exagerados, excesivos movimientos de cámara y planos inexplicables que distraen del tema principal.

En el lado de la música el estilo característico de Jessy Bulbo queda totalmente desaprovechado y es opacado por un score menor que no ayuda a construir las escenas emotivas ya que parece hecho con un órgano. Al ceder la voz de las canciones originales de Jessy Bulbo a Romo se pierde mucho en la interpretación.

A pesar de todos esos errores, que bien podrían pasarse por alto con una historia bien desarrollada, la misma abusa del melodrama de “pobres” en donde todo lo que ocurre es por la evidente condición social de los involucrados quienes se ven orillados a tomar la justicia por sus propias manos.

En resumen

La Diosa del Asfalto es un drama centrado en mostrarnos la condición social en la que vivían muchas mujeres en los años 90 en las colonias más pobres de la Ciudad de México. A pesar de varios errores narrativos, de actuación y de dirección, la cinta cumple al entregarnos una visión femenina de los problemas de antaño, y desde esa visión retrospectiva nos ayuda a entender cómo es que la hermandad y la unión entre mujeres es el único camino para acabar con esos abusos que aún ocurren.