El Sebastian de la serie The Walking Dead encontró un final horrible en el último episodio A New Deal: una mordedura de zombi terminó inmediatamente con cualquier posibilidad de que el persona siguiera su arco de los cómics. Y eso es MUY bueno para la serie.
Los giros inesperados fueron siempre los que hicieron que The Walking Dead se mantenga a flote. Por eso la importancia de este último. Para bien o para mal, el programa cambió el juego de su relación con el material original a lo largo de los años; repito, para bien o para mal, pero lo cierto es que eso ha ayudado a la serie a mantener a los espectadores en vilo. Entre los momentos de cambio de trama más notables están la aparición de Sophia como zombie en la temporada 2, la decisión de matar a Glenn y a Abraham en la temporada 6 y la muerte de Carl en la temporada 7. Esos momentos fueron puños directos a la mente de los espectadores; fueron como un recomenzar necesario.
Por el contrario, The Walking Dead ha sido un poco ligero en este tipo de momentos en la temporada 11. Lo que hizo con Sebastian se destaca como uno de los desarrollos más impactantes que ha tenido en mucho tiempo, debido en gran parte a cómo el episodio dio la impresión que Sebastian estaba tratando de pasar página. Para ayudar a que la temporada 11 de The Walking Dead sirva como un capítulo final digno, es importante que la serie encuentre formas de generar más sorpresas como esta.