La última carta de amor a Laura Palmer

El final de Twin Peaks, con todas las incertidumbres narrativas que trajo consigo, también logró rescatar (física y emocionalmente) a uno de los personajes mas queridos por el público peakie: Laura Palmer, esa joven eternamente invisibilizada por una sociedad que constantemente hacía la mirada a un lado sobre su sufrimiento y doble vida.

Con Bob derrotado en la Parte 17, muchos fans esperaban que la Logia Blanca finalmente dominara a la Logia Negra en la Parte 18, ya sea para Laura, como una entidad White Lodge, confrontara al Experimento y lograra desterrarlo de La Tierra para siempre o para que el agente especial Dale Cooper evite con éxito que Laura Palmer sea asesinada, reajustando así la línea de tiempo para todos los involucrados.

En el mismo funeral de Laura Palmer, frente a la hipócrita mirada de los lugareños, Bobby rompió el silencio con un estruendoso grito de AMÉN y un llamado a la reflexión sobre la inacción de todos frente al sufrimiento manifiesto de la joven Laura. Todo el mundo sabía que estaba en problemas, pero no hicimos nada. ¿Quieren saber quién mató a Laura? Tu lo hiciste. Todos lo hicimos.

La siniestra cotidianeidad de Laura fue plasmada sin tapujos en el film Fire Walk With Me donde pudimos ser testigos de las vejaciones a las cuales era sometida por su padre poseído por el espíritu maligno de Bob.

Sin las limitaciones que le presentaba el formato televisivo, Lynch pudo dar un real panorama sobre el sufrimiento de la joven que mezclaba aspectos sobrenaturales con abusos sexuales y adicciones, a la vez que intentaba aparentar una adolescencia normal. Otro elemento que ayuda a dimensionar el padecimiento de Laura es su diario íntimo (escrito por la hija de David Lynch) donde podemos ser testigos de los ataques de Bob, de las escapadas vespertinas, de los encuentros furtivos, de la soledad que constantemente rodeaba a la joven.

Muchos han creído que todo Twin Peaks no es otra cosa que un sueño de esa adolescente solitaria. Ella sueña que su muerte tiene tanto significado cósmico que no sólo incita a un pueblo entero, sino que crea una fuerza especial del FBI dedicado a desentrañar enigmas de otro mundo. Ella sueña que el origen de su sufrimiento debe ser el producto de algo extraterrestre, nacido de los males de la humanidad, que ha muerto por los pecados de los seres humanos como parte de algún plan sobrenatural y predeterminado y que el abandono de su madre puede ser explicado por una posesión demoníaca aún mayor que la de su padre, como si estas ideas fueran más fáciles de procesar que la realidad de su propio abuso.

Lynch y Frost cumplieron el sueño más ambicioso de los fanáticos de su universo: traer a Laura nuevamente con nosotros. Cooper se convirtió en nuestro brazo aliado dentro de la narrativa y le tendió una mano a esa mujer invisible, vejada y cansada de querer ser otra. Laura aun conserva la mirada extraviada de quien se sabe perdido por los irremediables daños sufridos, pero al menos alguien se ha ocupado de ella, la ha tomado de la mano y con pulso firme la devolvió a la vida. O al menos eso queremos creer…

Tal vez eso nos convierta en soñadores. Tal vez este sea nuestro sueño… o nosotros seamos el sueño de Lynch que finalmente se volvió realidad.