La historia de Woody Allen, Soon-Yi Previn, Dylan Farrow y Mia Farrow es una de las más infames de la farándula y casi 30 años después de lo ocurrido, y con la miniserie documental Allen v. Farrow ya estrenada en HBO, aquí vamos a repasar todos los hechos.
Todo comenzó en Febrero de 1992, cuando Mia Farrow descubrió fotos desnudas de Soon-Yi Previn en la casa de Allen, quien pronto confesó haber tenido una aventura con ella, que tenía aproximadamente 20 años en ese momento. Meses más tarde, según un artículo de Vanity Fair, Mia reveló algo atroz: Dylan Farrow le dijo que Allen la tocó de manera inapropiada en una “parte privada” y que prometió llevarla a París para dejarla estar en una película.
Luego de eso, Allen y Mia Farrow firmaron un acuerdo de manutención que le habría dado a Mia unos 6 mil dólares al mes por Satchel y Moisés de 15 años. No obstante, los abogados del director, notificados de la acusación, entablaron una demanda de custodia preventiva contra su mujer, acusándola de no estar apta para ser madre. La policía y los fiscales de Connecticut investigaron las denuncias de abuso contra Allen y el 22 de Noviembre de 1992 él dio su versión en 60 Minutes, diciendo que era todo mentira y que no tenía lógica la versión de su ex.
En Mayo de 1993, durante la pelea por la custodia, un médico que dirigió la investigación y entrevistó a Dylan Farrow nueve veces dijo que tenía dudas sobre sus acusaciones contra Allen. El Dr. John M. Leventhal contó que había cambiado detalles clave y que sus relatos parecían ensayados.
“Teníamos dos hipótesis: una, que estas eran declaraciones hechas por un niño con trastornos emocionales; otra, que fue entrenada o influenciada por su madre. No llegamos a una conclusión firme. Creemos que probablemente fue una combinación”, dijo Leventhal según el New York Times.
En Junio de 1993 un juez de Manhattan dictaminó que Mia Farrow debería recibir la custodia de los niños y que no estaba convencido “de que la evidencia demuestre de manera concluyente que no hubo abuso sexual”. El juez también dijo que los psicoterapeutas que entrevistaron a Dylan Farrow tenían su juicio “influido por su lealtad al Sr. Allen“. También criticó a Woody Allen por su relación con Previn, diciendo que la perjudicaba tanto a ella como a sus hermanos adoptivos.
Mientras tanto, el abogado del Estado de Connecticut, Frank S. Maco, anunció que, si bien encontró “causa probable” para procesar al cineasta, abandonó el caso porque Dylan era demasiado “frágil” para enfrentarse a un juicio. Allen luego condenó a Maco como “cobarde, deshonesto e irresponsable” por decir que tenía “causa probable” sin revelar su evidencia.
Muchos años más tarde, en Febrero de 2014, el caso resurge porque Dylan Farrow se pronunció sobre el presunto abuso en el blog de Nicholas Kristof, columnista del New York Times. El relato fue sorprendentemente consistente con el de Vanity Fair más de dos décadas antes. No obstante, Maco, el fiscal ahora retirado, declaró a The Associated Press que el plazo de prescripción para presentar cargos venció al menos 15 años antes. Por otro lado, Moses Farrow, quien fue adoptado por Allen y Mia, dijo que su madre entrenó a su hermana cuando era niña.
“Mi madre me incitó a odiar a mi padre por destrozar a la familia y abusar sexualmente de Dylan. Y lo odié por eso durante años. Ahora veo que esta fue una forma vengativa de devolverle el favor por enamorarse de Soon-Yi“.
Ese mismo mes, Allen volvió a negar las acusaciones, diciendo que el relato del ático se extrajo claramente de la canción de 1970 de Dory Previn titulada With My Daddy in the Attic, cuya letra parece ser sobre incesto.
“Estaba en el mismo disco que la canción que Dory Previn había escrito sobre la traición de Mia a su amistad al robar insidiosamente a su esposo, André. El tema era Beware of Young Girls“, escribió.
En enero de 2018, Dylan Farrow habló con CBS News y compartió la misma historia. Eso hizo que su padre respondiera.
“El hermano mayor de Dylan, Moses, ha dicho que fue testigo de cómo su madre entrenaba implacablemente a Dylan, tratando de convencerla que yo era un depredador sexual peligroso. Parece haber funcionado y, lamentablemente, estoy seguro de que Dylan realmente cree lo que dice”.
Dylan Farrow replicó a las palabras de su padre.
“Lo que no entiendo es, ¿cómo es que esta loca historia de que me lavaron el cerebro y me entrenaron es más creíble que lo que estoy diciendo sobre que mi padre me agredió sexualmente?”
En mayo de ese mismo año, y luego de que muchas estrellas se distanciaran de Allen, Moses Farrow volvió a defender a su padre.
“Dados los ataques increíblemente inexactos y engañosos contra mi papá, Woody Allen, siento que ya no puedo quedarme en silencio mientras continúa siendo condenado por un crimen que no cometió”.
Escribió que su madre estaba bien entrenada en “escribir guiones y ensayar; en esencia, lavar el cerebro” y que fue testigo de cómo hermanos eran arrastrados por tramos de las escaleras para ser arrojados a un dormitorio o armario, y luego cerraban la puerta desde afuera; que su madre les dio bofetadas o le ordenó que se parara desnudo frente a sus hermanos cuando no se estaba comportando como ella quería.
En respuesta, Ronan Farrow defendió a su madre y llamó al blog de Moses parte de una campaña de difamación. Esto hizo que Soon-Yi Previn rompiera su largo silencio sobre la situación, defendiendo a Allen.
“Lo que le pasó a Woody es tan perturbador, tan injusto. Mia se ha aprovechado del movimiento #MeToo y ha presentado a Dylan como víctima. Y toda una nueva generación se entera de ello cuando no debería”.
En Septiembre de 2019, Allen se refirió al movimiento #MeToo a pesar de las acusaciones de abuso sexual de su hija.
“He trabajado con cientos de actrices, ninguna de ellas se ha quejado jamás de mí. He empleado a mujeres durante años y siempre les hemos pagado exactamente lo mismo que a los hombres. Hice todo lo que al movimiento #MeToo le encantaría lograr”, dijo Allen a France 24.
Por último, en Marzo de 2020, Allen volvió a negar el abuso y dijo que las acusaciones eran parte de la búsqueda de venganza de Mia Farrow. “Nunca puse un dedo sobre Dylan, nunca le hice nada que pudiera ser malinterpretado como un abuso, fue una fabricación total de principio a fin”.
