En el Día Internacional del Actor celebramos las 10 mejores interpretaciones del siglo XXI según The Ringer.
Cada 26 de agosto se celebra el Día Internacional del Actor y la Actriz, una fecha dedicada a reconocer el talento, la entrega y la magia de quienes dan vida a los personajes que nos conmueven, inspiran y hacen soñar en la pantalla. El cine, desde sus inicios, ha sido un espejo de emociones humanas, y detrás de cada historia hay intérpretes capaces de dejar huellas imborrables en la memoria colectiva.
Para rendir homenaje a esta profesión, nada mejor que repasar las 10 mejores actuaciones del siglo XXI según el portal especializado The Ringer. Esta lista, de 101 actuaciones, no solo reconoce la maestría de grandes estrellas, sino también el impacto cultural, narrativo y emocional que tuvieron sus interpretaciones. Aquí repasamos, en orden descendente, estas joyas actorales.
10 Kirsten Dunst en Melancolía [Melancholia] (2011)
Kirsten Dunst sorprendió al mundo con su interpretación en el drama existencial de Lars von Trier. En el papel de Justine, una novia atrapada entre la depresión y la inminente destrucción del planeta, Dunst despliega una vulnerabilidad abrumadora. La actriz transmite la angustia interior de un alma rota en un escenario apocalíptico, consolidando una de las actuaciones más honestas y arriesgadas de su carrera. Este papel le valió la Palma de Oro a Mejor Actriz en Cannes y marcó un antes y un después en cómo la industria la percibía: no solo como estrella juvenil, sino como intérprete de peso.
9 Joaquin Phoenix en The Master: Todo hombre necesita un guía [The Master] (2012)
Phoenix encarna a Freddie Quell, un excombatiente atormentado, con un nivel de intensidad física y emocional pocas veces visto. Sus gestos crispados, su postura encorvada y su mirada desorientada transmiten un dolor interno casi insoportable.The Master: Todo hombre necesita un guía, dirigida por Paul Thomas Anderson, es un duelo interpretativo entre Phoenix y Philip Seymour Hoffman (también presente en este ranking), y confirma la capacidad de Phoenix para sumergirse en la oscuridad de sus personajes.
8 Jesse Eisenberg en Red social [The Social Network] (2010)
Convertirse en Mark Zuckerberg sin caer en la caricatura era una tarea titánica. Eisenberg lo logró al construir un personaje arrogante, brillante y emocionalmente distante. Su interpretación dota de humanidad a un personaje que fácilmente podría parecer un villano plano, logrando que la historia de la creación de Facebook se convirtiera en un retrato de ambición, poder y soledad. La frialdad calculada de Eisenberg todavía resuena en la cultura digital contemporánea.
7 Denzel Washington en Día de entrenamiento [Training Day] (2001)
Con su papel de Alonzo Harris, un detective corrupto y manipulador, Washington logró uno de los mayores hitos de su carrera. La mezcla de carisma, intimidación y brutalidad lo hicieron inolvidable, llevándole a ganar el Óscar a Mejor Actor. Washington no solo interpretó a un villano; le dio una dimensión compleja, convirtiendo a Harris en un reflejo incómodo del poder y la corrupción.
6 Heath Ledger en Batman: El caballero de la noche [The Dark Knight] (2008)
La encarnación de Ledger como el Joker se convirtió en leyenda. Su actuación fue tan visceral que redefinió lo que significa un villano en el cine de superhéroes. Ledger mezcló caos, humor macabro y una imprevisibilidad perturbadora en un personaje que trascendió la pantalla. Su Óscar póstumo a Mejor Actor de Reparto fue un reconocimiento no solo a su talento, sino también a su entrega absoluta en un papel que marcó para siempre la historia del cine.
5 Javier Bardem en Sin lugar para los débiles [No Country for Old Men] (2007)
Anton Chigurh, el asesino implacable que Bardem interpretó en el thriller de los hermanos Coen, es un ejemplo de cómo el silencio puede ser más aterrador que las palabras. Con un peinado peculiar, una voz pausada y una presencia inquietante, Bardem creó uno de los villanos más memorables del cine moderno. Su actuación le valió el Óscar a Mejor Actor de Reparto y consolidó su estatus como uno de los actores más respetados de su generación.
4 Cate Blanchett en TÁR (2022)
Blanchett, siempre camaleónica, se adentra en la piel de Lydia Tár, una directora de orquesta de renombre mundial cuyo talento descomunal se ve empañado por sus abusos de poder. La actriz explora las contradicciones de un personaje complejo y ambiguo, ofreciendo una de las actuaciones más hipnóticas de la década. Blanchett convierte cada gesto en un matiz, desafiando al espectador a debatir sobre la moralidad y el arte.
3 Philip Seymour Hoffman en The Master: Todo hombre necesita un guía [The Master] (2012)
Si Phoenix era el desgarro visceral, Hoffman representaba la calma manipuladora. Como Lancaster Dodd, líder de un movimiento cuasi religioso, Hoffman construye una figura magnética y peligrosa. Su interpretación es un ejemplo de contención y poder: cada palabra pronunciada con dulzura encierra una amenaza latente. Junto a Phoenix, ofreció uno de los duelos actorales más impactantes de este siglo.
2 Daniel Day-Lewis en Petróleo sangriento [There Will Be Blood] (2007)
Pocas actuaciones han alcanzado el nivel de intensidad de Daniel Day-Lewis como Daniel Plainview, un magnate petrolero cuya ambición consume todo a su paso. La ferocidad, la rabia contenida y la monstruosidad humana que transmite lo convierten en una actuación monumental. Su “I drink your milkshake!” quedó grabado en la cultura popular, pero más allá de la frase, Day-Lewis ofrece un retrato aterrador de la codicia y la deshumanización.
1 Naomi Watts en Mulholland Drive: Sueños, misterios y secretos [Mulholland Drive] (2001)
Encabezando la lista está Naomi Watts en la obra maestra surrealista de David Lynch. Watts interpreta a Betty/Diane, un personaje que transita entre la inocencia y la desesperación en un laberinto onírico de Hollywood. Su capacidad para oscilar entre el brillo esperanzador de una aspirante a actriz y la crudeza de una mujer devastada es simplemente magistral. Esta actuación no solo consolidó a Watts como una actriz de primera línea, sino que también redefinió lo que significa perderse en un papel.
Estas 10 actuaciones, aunque diversas en estilo, género y época, tienen algo en común: todas demuestran que el arte de actuar va mucho más allá de recitar diálogos. Se trata de encarnar emociones, explorar contradicciones humanas y dejar al público con la sensación de haber presenciado algo irrepetible.
En este Día Internacional del Actor y la Actriz, recordamos que sin estas interpretaciones, el cine no tendría la fuerza transformadora que lo caracteriza. Y si algo nos enseñan Watts, Day-Lewis, Blanchett, Phoenix y compañía, es que una gran actuación puede ser tan poderosa como la propia historia que se cuenta.