Cuando se anunció la serie de Obi-Wan Kenobi, yo fui una de las warsies más contentas del mundo. Si bien Kenobi no es mi personaje favorito de Star Wars, sí le tengo mucho cariño y respeto. Creo que es uno de los personajes más memorables e importantes de la franquicia. Pero ya pasaron dos años desde su estreno en Disney+. Y sinceramente, no quiero una segunda temporada.
Precisamente, sentí un poco de alivio al encontrarme recientemente con la noticia de que Lucasfilm y Disney sacarán Obi-Wan Kenobi en formato físico y en la portada la describen como “la serie completa”, dando a entender que no habrá más temporadas. A pesar de que en enero de este año, el protagonista Ewan McGregor dijo a Variety que le encantaría hacer la segunda temporada:
“Me encantaría hacer la segunda temporada, pero aún no se ha hablado de ello. Están pasando muchas cosas en Disney”.
Por su parte, el pasado abril en la Star Wars Celebration, Kathleen Kennedy, presidenta de Lucasfilm, confirmó que la segunda temporada de Obi-Wan Kenobi no estaba en desarrollo activo: “Pero nunca digo nunca, porque siempre existe la posibilidad… Ewan McGregor tiene muchas ganas de hacer otra… Quizá volvamos a pensar en ello más adelante”.
Igual estoy consciente del ‘nunca digas nunca’. Y podría ser que en algún futuro, McGregor y todos los involucrados vuelvan para más. Aunque para mí, la serie debe morir ahí.
De todas las series de Star Wars (live-action, claro está). Obi-Wan Kenobi es la que me parece más floja, tanto en escritura como en dirección. Y realmente fue una lástima, pues el personaje daba para más. Realmente, si no querían cubrir los años de las series animadas para no verse repetitivos, hubieran dejado al personaje en paz.
Los warsies, me incluyo, esperábamos la revancha entre Darth Vader y Kenobi tras Mustafar, y la serie de Obi-Wan Kenobi nos la dio. Fue una escena muy bien desarrollada, tanto por la coreografía de la pelea y la iluminación como por el diálogo desgarrador y emotivo que se dicen ambos personajes. Pero sólo eso fue lo memorable de la serie. En gran parte, gracias al maravilloso regreso de Hayden Christensen como Darth Vader.
Hay muchas inconsistencias en la trama. Por ejemplo, el hecho de que Kenobi sea tan cercano a la princesa Leia en la serie hace que la indiferencia de ésta hacia su muerte en A New Hope se sienta extraña. Y que sea cercano a ambos hijos de Vader, cuando en las películas se dice que a Luke, por ejemplo, se acercó mucho después.
Por otro lado, el personaje de Reva no está bien desarrollado. Sus motivaciones no son claras y aunque tiene un pasado trágico, es difícil sentir empatía por ella. Ni es letal como Vader ni tiene su mismo poder. Resulta una villana muy olvidable. Además, hay muchas incoherencias en su subtrama, por ejemplo, Vader la apuñala y sobrevive. Además, le tiene un odio injustificado a Kenobi.
Aunado al personaje de Reva, se encuentran los demás Inquisidores de la serie, que para mí, no dieron el terror que daban en las series animadas y sobre todo, en los videojuegos de Jedi Fallen Order y Jedi Survivor, donde destacaban por sus habilidades con el sable de luz. Es más, no tuvieron relevancia en la trama y parece que sólo estuvieron de adorno.
Tal vez, esta historia de Kenobi hubiera sido muy diferente si en vez de una serie de seis horas, Disney y Lucasfilm hubieran hecho la trilogía cinematográfica que ya tenían pensada.
En conclusión, creo que la serie de Obi-Wan Kenobi, aunque no fue un cierre digno para el personaje, no necesita de más temporadas. ¿Qué más se podría contar de Kenobi que no esté ya dicho en la trilogía precuela y las series animadas?
Star Wars debería enfocarse más en series como Andor, que muestran el lado más real y crudo de la franquicia, o The Acolyte y Skeleton Crew, que explorarán nuevos territorios de la galaxia, sin (aparentemente) recurrir a la explotación de los personajes ya conocidos.