Ragnarök se despidió con una tercera temporada mediocre

Fui fan de Ragnarök desde su primera temporada. Sin embargo, debo admitir que me costó horrores terminar la tercera y última temporada. La serie noruega volvió con sus últimos episodios el pasado 24 de agosto y para mí cerró de una manera decepcionante.

Comenzaré por decir que no soporté al personaje de Magne, nuestro querido Thor. Y es que casi toda la temporada fue un cretino, incluso con su madre. No costó sentir empatía por él. Entiendo que el punto era mostrar cómo el poder el martillo lo estaba corrompiendo, pero fue una trama que se alargó demasiado para mi gusto.

Luego, el personaje de Laurits, que se supone es Loki, se desperdicia bastante. A diferencia de Magne, él no muestra sus poderes. Nunca cambia de forma. Toda la temporada se la pasa extrañando a su engendro, la serpiente Jörmundgander. Además de que nunca manipula o engaña realmente a los Jutul.

Por otra parte, me molestó la trama de Fjor. Plantearon que estaba sediento de sangre y que mató a unos excursionistas (y a una empleada). Hasta la policía se involucró en el asunto y al final se olvidaron de ello. Parece que los guionistas decidieron perdonar lo que el personaje había hecho y darle un final feliz. Sinceramente, fue ilógico.

Y respecto a la gran pelea que no hubo, sé que muchos se enojaron por ello. Yo también me decepcioné, pues el concepto de Ragnarök era la esencia de la serie. Sin embargo, entiendo por qué la batalla fue llevada a un plano más metafórico. Pues es más bien una actualización del mito.

Mi interpretación es que todo lo que vivió Magne, sí ocurrió. Él realmente era Thor. No fue algo que imaginó, ni tampoco algo provocado por su enfermedad mental. Pero como Odín le dijo, los gigantes no eran su peor miedo. Magne en realidad temía decepcionar a los que más amaba. Y por eso se alejó de Signy. Una vez que murió en la pelea como Thor, renació. Pudo avanzar sin tener miedo de expresar y aceptar una vez más sus sentimientos por alguien. No es la mejor metáfora de maduración para una serie (o cualquier producción coming of age), pero hasta cierto punto me parece aceptable.

Aunque, de manera general, me pareció que el final de la serie no estuvo a la altura de la premisa inicial. De hecho, creo que fue un final muy de cuentos de hadas, donde los buenos y los malos pudieron vivir felices para siempre. Ni siquiera la serie pudo comprometerse al 100% a su trama sobre el cambio climático. Fue muy irrealista que la empresa de los Jutul aceptara volverse pro medio ambiente.

En resumen, la tercera y última temporada de Ragnarök es bastante mediocre en cuanto a su guion. Desperdicia personajes y vuelve al personaje principal insoportable. Me entristece mucho que no tuviera un final digno de su nombre. Fácilmente, será una más del montón y olvidable. Eso sí, rescato la actuación de todo el elenco. Y espero volverlos a ver en otros proyectos.