Esta miniserie sobre un asesino serial hipnótico es tan adictiva que asusta

Corrían los años 70 cuando el llamado “sendero hippie” en el sudeste asiático se vio sacudido por la presencia de un asesino serial: Charles Sobhraj. Con aproximadamente veinte víctimas en su haber, todos jóvenes turistas viajeros, y reconocido bajo los apodos de “La serpiente“, “The Bikini Killer” o “La Cobra“, Sobhraj es la figura central en la miniserie de BBC One que llegó a Netflix, titulada The Serpent.

En 8 episodios que navegan por distintas épocas, The Serpent logra mostrar la crueldad de un asesino serial y mantener, a su vez, el misterio y la tensión de una investigación que parecía no tener fin.

Nacido en Saigón, Charles Sobhraj empezó su carrera criminal de joven. Primero, con pequeños pasos, robos insignificantes, pero, con el pasar de los años, fue escalando tanto en su ambición como en su crueldad e impunidad. Para los años 70, cuando nos encontramos con él en The Serpent, Charles Sobhraj ya era una figura notable dentro de Tailandia, donde se hacía pasar por un comerciante de gemas preciosas, vivía la gran vida y embaucaba a turistas inocentes de diferentes partes del mundo.

Sin embargo, en la historia de Sobhraj y particularmente en aquella contada por The Serpent, la serie que se puede ver por Netflix, uno de sus crímenes, tal vez uno que él creía casi rutinario, terminó llevándolo a la ruina. Fiel a su estilo, Sobhraj, conocido en Tailandia bajo el nombre de Alan Gautier, seleccionó a una pareja de holandeses para ser sus víctimas. La muerte de estos jóvenes, que en la serie aparecen bajo los nombres de Willem y Helena, es lo que le da el puntapié inicial a la investigación del diplomático holandés Herman Knippenberg, quien será clave para la condena de Sobhraj muchos años después.

The Serpent es, entonces, no tanto la historia de un asesino serial sino la historia de un hombre contra la inoperancia de un país y la astucia y la soberbia de un criminal. Knippenberg intenta por todos los medios hacer reaccionar a Tailandia acerca del asesino serial que tiene entre sus manos, pero, en general, se topa con el desinterés y la corrupción de un país en crisis. Sobhraj, por su parte, goza de los privilegios que el dinero puede comprar, combinados con su inteligencia y seguidores devotos, como su “esposa”, la canadiense Marie-Andrée Leclerc y su amigo y cómplice Ajay, ambos dispuestos a arriesgarlo todo por él.

La frustración de Knippenberg, interpretado por Billy Howle, es palpable, creciente y contagiosa. A lo largo de los 8 episodios, mientras vamos y venimos en el tiempo, conociendo aún más las atrocidades de las que es capaz Charles Sobhraj, como espectadores nos vamos sintiendo más y más incómodos, deseando que por fin se le acabe la suerte a este asesino, enojándonos con quienes lo siguen, indignándonos con las autoridades que hacen la vista gorda. En eso, The Serpent, es una serie perfecta: la frustración que sentimos es tanta que se torna adictiva, vemos un episodio detrás del otro esperando llegar, por fin, al momento de justicia.

Por otro lado, también hay que destacar como fundamental la labor del francés Tahar Rahim, quien le da vida a Charles Sobhraj. El actor logra transformarse en “la serpiente“: es magnético, intrigante, sensual, despiadado, terrible y, sin embargo, es imposible sacarle los ojos de encima. En las muchas declaraciones de todos aquellos que se encontraron con Sobhraj en la vida real, siempre se destaca exactamente eso: su magnetismo, su capacidad para seducir y engañar a todo el mundo. Tahar Rahim logra ese efecto al pie de la letra y es otro de los motivos por los que The Serpent es una serie adictiva.

Creada por Richard Warlow y Toby Finlay, The Serpent es otro de los ejemplos que demuestra que el true crime está pasando por su mejor momento. La serie de BBC One se nutre no solo del exotismo del sudeste asiático y de una época repleta de color y excesos, sino también de un personaje real y siniestro que desnuda, una vez más, los horrores del ser humano.