Biografía no autorizada de Robert Downey Jr., el héroe de Marvel que es mucho más que eso

Un día como hoy pero de 1965 llegaba a este mundo Robert Downey Jr. (también RDJ), un actor que, actualmente, todos podemos reconocer y celebrar por su inmensa -e icónica- participación en el Universo Cinematográfico de Marvel encarnando nada más y nada menos que a Tony Stark, aka Iron Man, pero que lleva muchos años más en la industria audiovisual en una carrera que tuvo muchas subidas y bajadas, casi como una montaña rusa.

Robert Downey Jr. nació en el seno de una familia que ya estaba inmiscuida con la industria audiovisual: su padre, Robert Downey Sr. era un realizador de cine, mientras que su madre, Elsie Ann, era actriz y solía aparecer en los filmes de Robert Downey Sr. El mismo RDJ, desde su más tierna infancia, también solía ser parte de los elencos de las películas de su padre.

Sin embargo, crecer en el medio de esta familia dedicada al arte no fue fácil. Por un lado, los Downey solían mudarse siguiendo las rutas que plantearan los filmes de Robert Downey Sr., así como también su estabilidad financiera dependía del éxito que estos filmes tuvieran, por lo que la familia pasaba de periodos de mucha abundancia a otros de pobreza sin escalas.

Como si esto fuera poco, ambos padres sufrían de abusos de sustancias. La madre de RDJ era alcohólica, mientras que su padre era adicto a las drogas. El actor ha contado ya múltiples veces que la primera vez que probó marihuana fue a la corta edad de seis años, luego de que su propio padre se la ofreciera. Fue Robert Downey Sr. quien inició a Robert Downey Jr. en el camino de las drogas, compartiendo la adicción como si fuera parte fundamental de su vínculo padre / hijo.

No se puede decir que los primeros pasos de Robert Downey Jr. fueran particularmente exitosos. Comenzó su carrera en el teatro y luego saltó a la pantalla grande, con Firstborn (donde conoció a Sarah Jessica Parker, con quien tuvo un amorío), para, por último, pasar a la pantalla chica, formando parte de la nueva versión de Saturday Night Live.

Aunque su paso por la televisión fue completamente olvidable, fue por esos mismos años, fines de la década de los 80, que comenzó a ganar más prestigio en el cine, participando en filmes como Tuff Turf, Weird Science y The Pick-up Artist. Sin embargo, ese salto a la fama lo llevó también a profundizar sus adicciones las cuales, para colmo, se vieron reflejadas en los personajes que interpretaba, como en Less than Zero.

Para comienzo de los 90, lidiando con sus adicciones y todo, RDJ recibió su primera nominación a los premios de la Academia por interpretar a Charlie Chaplin en el filme Chaplin y es allí donde podemos decir, claro, que su nombre quedó cimentado entre los grandes de su generación.

A partir de la segunda mitad de la década de los 90, las adicciones llevaron a Robert Downey Jr. a encontrar problemas con la ley en repetidas ocasiones. El actor fue detenido por causas relacionadas a las drogas (marihuana, cocaína y heroína) a pesar de que otros actores y amigos, como Sean Penn y Dennis Quaid, ya lo habían forzado muchas veces a someterse a rehabilitación. La ley también lo obligó a someterse a un proceso de rehabilitación y a controles constantes para verificar que no continuara con sus adicciones, pero al faltar a uno de esos controles en 1997 fue condenado a seis meses de cárcel en Los Ángeles.

Pocos años después, en 1999, luego de una nueva recaída del actor y un nuevo faltazo a los controles obligatorios de la ley, fue nuevamente condenado, esta vez a tres años de prisión -de los cuales, vale destacar, solo cumplió uno ya que fue liberado anticipadamente-.

Por supuesto, los años de adicciones y problemas con la ley dejaron a Robert Downey Jr. completamente fuera del juego de la actuación. Todos los roles que le habían ofrecido fueron cayéndose o siendo terminados, como pasó con su participación en la popular serie Ally McBeal.

Uno de los principales problemas que tenía RDJ para conseguir trabajo de actor era que ninguna compañía de seguros quería hacerse cargo de él y, por lo tanto, ninguna productora quería contratarlo para sus proyectos. Sin embargo, en esos días oscuros, Robert Downey Jr. pudo apoyarse en un amigo: Mel Gibson.

Gibson y RDJ se habían conocido en el set de Air America y fue él quien puso el dinero necesario para asegurar a Downey en su regreso a las pantallas. Este come back se dio con The Singing Detective, en 2003 y luego continuó con otras películas como Gothika, A Scanner Darkly y Kiss Kiss Bang Bang.

Luego de su época de crisis, Iron Man llegó en el momento justo. El puntapié inicial del MCU fue la frutilla del postre que le dieron a Robert Downey Jr. para celebrar no solo su regreso a la cresta de la ola de la actuación, sino también su sobriedad y su entrada en una vida mucho más tranquila.

Para Jon Favreau, que fue quien dirigió ese primer filme que debutó en el 2008, RDJ “no era la opción más obvia, pero entendió que hacía que el personaje se moviera. Encontró mucha de su propia experiencia en Tony Stark.”

Por otro lado, viendo el rumbo descendente que ha tomado Marvel en los últimos tiempos, casi que podemos asegurar que RDJ (junto, quizás, con Chris Evans) era el corazón del Universo Cinematográfico de Marvel y que su Iron Man está entre lo más alto del cielo de los superhéroes en pantalla grande.

Iron Man no es todo lo que nos ha dado RDJ en los últimos años, claro que no. Por la misma época que debutaba como Tony Stark, Robert Downey Jr. también participó de Tropic Thunder, que fue muy bien recibida por la crítica.

Pocos años después de Iron Man, RDJ se puso en la piel de otro personaje icónico como lo es Sherlock Holmes, para la adaptación de Guy Ritchie del clásico de Arthur Conan Doyle.

Sin embargo, luego de su paso por Marvel lo más destacable es, sin duda, Oppenheimer, el filme de Christopher Nolan donde RDJ interpreta a Lewis Strauss, el hombre detrás de las audiencias controversiales a las que fue sometido Robert Oppenheimer luego de crear la bomba atómica. En el filme de Nolan, RDJ es algo así como el villano, rol que no solo le queda muy bien sino que le valió su primer premio de la Academia. Otro triunfo para un actor que pudo perderlo todo, pero supo cómo renacer de sus cenizas.