Sí, hoy es sábado, y decidiste que es TU sábado: nadie puede detenerte, cualquier mujer que se te cruce será tuya, SEA COMO SEA. Pero… mira que todo lo que sube rápido baja estrepitosamente.
Veamos entonces un ejemplo de lo que puede sucederte en la noche de hoy si eres muy confiado.
Sábado, 10 PM y quieres salir a romper la noche. El primer paso de cualquier caballero: estar correctamente acicalado. Lo sabes, lo haces.
Te miras al espejo y aprecias que estás muy bien. Sí, hay que decirlo: ES TU NOCHE, CAMPEÓN.
A quemar neumáticos con rumbo a aquél bar que NUNCA te dio buenos resultados, pero, sí: HOY ES EL DÍA. Bah, noche.
Entras, miras para un lado, para el otro, estudias el terreno cual águila desde las alturas persigue silenciosamente a su presa. Y allí ella, TU ella de esta noche: es momento del primer acercamiento.
Un poco de charla, buenos modales, un "¿qué deseas beber?" y el ambiente que se torna ameno.
Perdón, MUY ameno. Los primeros acercamientos físicos, esos que a ambos los dejan deseosos de conocer aún más al otro. Porque, ¿quién no intenta saber con quién está hablando?
Todo viento en popa hasta que... SÍ, HASTA QUE. Eres tan pendejo que sobrepasas el límite de la confianza y le cuentas ese famoso chiste que dice "¿en qué se parece una tabla de madera a una mujer?". PD: no daremos la respuesta.
Y sí, sucede lo inevitable: ella llora, llora y llora. "¡Eres un pendejo!" te dice. Y no sabes para dónde escapar.
Le pides que se calme, bah, que se calmen... que fuiste un bárbaro, que no tienes sentido de la delicadeza, que se olvide de ese mal y estúpido rato.
Pero la muchacha te responde con la calma de un samurai "¡VETE AL INFIERNO, IDIOTA!" y se retira. Sí, mujer de armas tomar.
Te quedas pasmado: primero duro, luego te ablandas y por último rompes en un tremendo llanto. ¿¿¿Por qué no salí de mi casa con un bozal en la boca???
Pero, como eres positivo, porque aún es tu noche, sabes que no puede terminar mal: ¿qué mejor plan que volver a casa, encender la consola y comer comida chatarra? Ninguno. Triunfaste, no como lo habías planeado, pero sucedió.
