Las monarquías tienen todo lo que hace irresistible una buena historia: poder, intriga, amor, traición y personajes más grandes que la vida. The Crown ha llevado el género a un nivel altísimo, ya que llevó al espectador detrás de las puertas del Palacio de Buckingham con un nivel de detalle y dramatización pocas veces visto, pero no es la única que sabe reinar en la pantalla.
Las intrigas, los romances prohibidos, las guerras de sucesión y los lujos inalcanzables son un material narrativo que parece inagotable. Pero reducir las historias de monarquía a un sólo título sería como pensar que sólo existe un trono.
Desde las cortes europeas más estrictas hasta versiones satíricas que rompen con todos los protocolos, hay un universo de series que exploran cómo el poder absoluto moldea a quienes lo ejercen, y a quienes intentan sobrevivir bajo su sombra. Las siguientes producciones demuestran que hay muchas coronas por descubrir.
En esta serie alemana de Netflix, Isabel de Baviera, también conocida como “Sissi”, es mucho más que un ícono romántico. Aquí la vemos como una joven atrapada entre sus deseos personales y las estrictas normas de la corte austriaca.
Vale la pena porque: es visualmente impecable y emocionalmente intensa, ofrece una visión fresca de una figura histórica muchas veces idealizada.
Con Elle Fanning como Catalina la Grande y Nicholas Hoult como un excéntrico Pedro III, esta comedia satírica se describe como “una historia ocasionalmente verdadera”.
Vale la pena porque: es irreverente, ingeniosa y colorida, desmonta la solemnidad de la monarquía rusa con un humor tan afilado como sus diálogos.
Basada en las novelas de Diana Gabaldon, combina historia y viajes en el tiempo. Gran parte de su trama transcurre en el siglo XVIII, entre Escocia y Francia, en las que muestra alianzas políticas, conspiraciones y costumbres cortesanas.
Vale la pena porque: Mezcla de romance épico, drama histórico y aventura la ha convertido en un fenómeno global.
Esta producción nos transporta a la Nueva York de finales del siglo XIX, una ciudad dividida entre viejas familias aristocráticas y nuevos millonarios.
Vale la pena porque: Aunque no se trate de una monarquía formal, retrata una élite con sus propios códigos, jerarquías y luchas por el poder que recuerdan a cualquier corte real.
Esta serie sigue la vida de Catalina de Aragón, princesa española que se convirtió en reina de Inglaterra. Llena de tensiones religiosas, intrigas políticas y desafíos personales.
Vale la pena porque: Ofrece una mirada intensa a una mujer decidida a defender su lugar en la historia.
Las coronas, reales o simbólicas, no sólo representan poder: también son un espejo de las pasiones humanas. Estas historias nos recuerdan que las luchas por el control, el prestigio y la supervivencia no han cambiado tanto, aunque hayan pasado siglos.
Las intrigas que se tejen en una corte medieval o en un salón de baile del siglo XIX no están tan lejos de las que vivimos hoy, sólo que envueltas en sedas, joyas y protocolos.
Y aunque The Crown sigue siendo la soberana indiscutible del género, estas series demuestran que hay muchas formas de contar la realeza: desde el rigor histórico hasta la sátira mordaz, desde el romance épico hasta el retrato político. Porque en televisión, como en la historia, siempre habrá nuevos pretendientes al trono.
