Todo lo que nos hubiera gustado ver en una tercera temporada
Aunque no nos ha sorprendido, la cancelación de The Punisher nos ha dejado un sabor amargo en la boca. Aún cuando los motivos de la despedida siguen sin ser del todo claros (¿Es todo a causa de la futura plataforma de streaming que lanzará Disney? ¿Realmente la audiencia decayó tanto?), como sucedió con casi todas sus hermanas, la historia de Frank Castle daba para muchísimo más.
No sabemos si, como se rumorea, Hulu levantará los shows del universo Marflix, pero sí sabemos lo que nos hubiera gustado ver en una tercera entrega de la historia del Castigador.
1 Frank como padre
En la segunda y última temporada de The Punisher, obtuvimos un vínculo que no sabíamos que necesitábamos. Con la llegada de Amy, pudimos presenciar cómo funcionaría Frank si todavía tuviera a sus hijos. Nos encantaría ver a Frank en ese rol, ya sea con Amy o formando una nueva familia.
2 Frank y sus vínculos
La segunda temporada nos dio más tiempo en pantalla de Curtis y, además, pudimos ver a Frank intentando formar una pareja con Beth y hasta teniendo una relación tensa con Madani. Hasta ahora siempre lo vimos como a un lobo solitario, pero sería interesante ver a The Punisher re-insertarse en el mundo real, con gente a su alrededor, amigos, compañeros y, por qué no, un nuevo amor.
3 Karen Page
Y si vamos a hablar de amor, ¿cómo no nombrarla a ella? Karen siempre está alrededor de Frank Castle. Juntos, nos han entregado escenas donde la química se escapa de la pantalla. ¡Y nunca se dieron ni un beso! Obviamente, esto es algo que nos deben.
La última escena de la segunda temporada nos mostró a Frank ya con su clásico atuendo de los cómics: la chaqueta larga de cuero, la calavera pintada sobre el chaleco y una decisión de enfrentarse a los malos armado hasta los dientes. Mientras que hasta ahora lo habíamos visto ir y venir de su rol de vigilante, esa última imagen nos permitió saber que finalmente Frank había terminado de convertirse en The Punisher. Y sí, justo ahora nos lo arrebatan. Una injusticia.
La película lo tiene todo: el carisma de Gosling, la presencia de Blunt y los chistes simplones en yuxtaposición de la complejidad coreográfica con peleas que incluyen un ingenioso manejo de cámaras.