Un epílogo entrañable y merecido para estos juguetes - Spoiler Time

Un epílogo entrañable y merecido para estos juguetes

Woody Toy Story 4
Un regreso con MUCHA gloria.

Cuando el primer avance oficial de Toy Story 4 llegó al internet, las similitudes con las entregas anteriores eran evidentes. ¿Sería la cuarta parte un refrito de la historia que ya conocíamos? Afortunadamente, la franquicia justifica este nuevo episodio con una trama que si bien será familiar a las audiencias que han seguido a Woody y compañía en sus aventuras, tiene en su resolución un epílogo muy entrañable e inesperado para estos personajes.

Video
https://www.youtube.com/watch?v=25qmgvuQcSA

Después de estar ausente en Toy Story 3, la cuarta parte de la saga inicia con Bo Peep (Annie Potts), quien se despidió del grupo cuando Molly, la hermana pequeña de Andy, la vendió años atrás. En el presente, Woody (Tom Hanks) sufre la indiferencia de Bonnie (Madeleine McGraw), su nueva dueña, la cual lo trata como un juguete más y no como el favorito que siempre fue para Andy. Por lo anterior, Woody hace todo lo posible por hacer feliz a Bonnie cuidando de su nuevo juguete: un tenedor llamado Forky (Tony Hale). Sin embargo, cuando Forky decide buscar su libertad, él y Woody terminan en una tienda de antigüedades donde se reúnen con Bo Peep, quien ahora es un juguete independiente y muy diferente al que Woody conocía. Esta reunión se verá interrumpida por Gabby Gabby (Christina Hendricks), una muñeca que desea la caja de voz de Woody y que hará todo lo posible por conseguirla.

Lo mejor que se puede decir de Toy Story 4 –dirigida por Josh Cooley en su debut en la silla del director– es que para ser la cuarta entrega de una franquicia que inició en 1995, estos personajes siguen ofreciendo historias, con temas universales, que nunca se sienten anticuadas o demasiado didácticas para el público infantil. Una gran parte de la genialidad de Pixar es su capacidad para contar historias que resuenan con todo tipo de audiencias, y aunque su meta sea llegar a los más pequeños del hogar, Toy Story 4 es también uno de los proyectos más adultos que la compañía ha respaldado. Conflictos de identidad, crisis existenciales y la búsqueda de un propósito significativo en la vida son sólo algunos de los temas que los adultos podrán identificar en la trama de esta película mientras los niños y niñas disfrutan de una animación que sigue innovando y sorprendiendo con el uso que se le da a esta tecnología para crear mundos tan coloridos y dinámicos como el de Woody y compañía.

Si existía algún temor de que esta entrega fuera innecesaria, su final justifica el regreso de estos personajes a la pantalla grande. La cinta funciona como un conmovedor epílogo para Woody, el corazón de la saga y quien tras encontrar una nueva vida al lado de su nueva dueña, ahora tiene que enfrentarse a la posibilidad de que esta segunda oportunidad también haya llegado a su fin. Por suerte para Woody –y para la audiencia–, esta crisis sirve como excusa para darle un rol muy importante a Bo Peep, juguete que siempre había quedado relegado a un papel accidental en entregas anteriores y cuya transformación tiene mucho qué decir de los cambios que han existido en nuestra sociedad y en cómo cuenta ahora las historias de personajes femeninos. La dinámica entre Woody y Bo también ofrece una lectura interesante sobre el destino: mientras Woody está convencido que es su naturaleza pertenecerle a alguien, Bo encuentra en esta nueva etapa como juguete olvidado una ligereza que a Woody le alarma. Por ponerlo de alguna manera, si Toy Story 3 contó la época adulta de estos personajes, Toy Story 4 es la vejez de Woody y algunos de estos juguetes, quienes lidian con la idea del olvido, algo todavía más doloroso y mortal que el incinerador de la ocasión anterior.

Fuente: Disney

Es extraño decir que la ausencia del resto del grupo durante gran parte de la cinta no se siente en absoluto. Incluso cuando Buzz Lightyear (Tim Allen) queda relegado en esta ocasión a ser el comic relief de la historia, el guión funciona por tener claro su objetivo: enfocarse en Woody (y lo que él puede aprender de sus relaciones con Forky y Bo Peep) y nunca tratar de forzar la aparición de los demás personajes en su aventura. Asimismo, la adición de nuevos personajes es efectiva y toma un giro inesperado en el tercer acto del filme, cuando Gabby Gabby, la supuesta “villana”, tiene objetivos más humanos que otros antagonistas de la saga y se revela como un personaje sumamente complejo gracias a la cual también se forma otra familia de juguetes, igualmente hilarantes, que bien podrían continuar la franquicia en el futuro (porque, aceptémoslo, no importa que tan cerrado sea el final de esta entrega, Hollywood siempre encontrará formas de resucitar sus propiedades si estas resultan exitosas).

Sin importar que tan lúgubre puede llegar a ser Toy Story 4, al centro de esta franquicia sigue existiendo un mensaje de aceptación y amor que resuena con las audiencias por la sinceridad y simpleza con la que lo transmite. Si Toy Story siempre se ha caracterizado por sus mensajes de inclusión, lealtad y aceptación, Toy Story 4 agrega una nota al pie de página que señala que así como Woody pasó años preocupándose por los demás juguetes y por los niños a los que pertenecía, ahora es su turno de recibir el mismo cariño de otra persona (o en este caso, de otro juguete) y así encontrar el nuevo propósito de vida que tanto necesitaba en este punto de su aventura… y que la franquicia usa como excusa perfecta para traer de vuelta a estos entrañables juguetes a la pantalla grande.

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