La mejor construcción de un personaje en el mundo series.
La moda de las series es cada vez más contagiosa. Tal es así que un amigo y fanático, César, nos propuso participar con esta nota que los va a sorprender, y no sólo porque trata sobre la afamada serie Breaking Bad, sino por lo memorioso de los datos.
Si algo queda bien en claro en esta gran obra de arte, es la transformación de su actor principal, el tímido y tranquilo profesor de química señor Walter White, que por su enfermedad decide llevar su aburrida vida hacia el súmmum de la adrenalina comenzando a crear su propio monstruo.
En esta nota te mostraremos 11 momentos claves que nos demuestran cómo Walter White se acerca a su otro yo antes de ser ya un súper consagrado Heisenberg, antes de ser el acabado y ruin ser humano, más cerca de la muerte que de la vida, que finaliza con la serie toda, porque, seamos realistas: Heisenberg al 100% es el que acciona vía control remoto la ametralladora, el que mata y se suicida, el que cierra la trama.
Van a notar a través de los videos que Bryan Cranston llegó a ejecutar no sólo uno de sus mejores papeles en la pantalla chica, sino que me arriesgo y digo de su carrera.
1 Alguien debe pagar el plato roto
El primer negocio (con la venta de drogas) sale mal para Walt y Jesse, ya que unos vendedores de poca monta se convierten en su amenaza. Y llega el turno de Walt de tomarse venganza de ese problema…
Luego de sufrir un desmayo mientras llevaba un sándwich a su cautivo, pone a prueba su sagacidad, para ver la manera de cómo enfrentarlo. Luego de pensarlo varias veces y al punto de soltarlo, se da cuenta que hay una pieza faltante del plato roto que se le había caído tiempo atrás, lo que hace es que nazca en cierta forma o demuestra por primera vez a Heisenberg: la rabia es tal que se cobra su primera víctima en este negocio riesgoso.
Se cruza con Tuco, el primer gran traficante en el camino de Walt que se quedara con su dinero, las drogas y parte de la salud de Jesse.Nuestro amigo decide que es momento de recuperar terreno si quiere seguir en este juego, así que lo visita y le enseña un truco de química.
La aparición del alter ego de Walter White merece toda nuestra atención de cara a lo que vendrá: está naciendo la leyenda.
Hay que darle crédito a una de las mejores escenas del entrañable Tuco Salamanca, quien destroza a golpes de puño a uno de sus laderos por el sólo hecho de interrumpir la conversación con su futuro socio, haciéndole saber quién manda.
Uno de los amigos de Jesse, el cual era encargado de distribuir la Meta, cae en manos de la ley, por lo que necesita un abogado urgentemente.
Aquí es donde entra uno de los mejores coprotagonistas (que como lo indica el titulo de este momento, los productores quisieron sacarle más provecho y realizar su propia tira): se trata ni más ni menos del extravagante y llamativo Saul Goodman, quien es amenazado por el dúo, pero sobre la idea de Walter.
A esta altura Walt ya es algo más que un simple traficante de Meta, su pasión por lo que hace y la necesidad de recuperar a su socio principal lo convierten en un asesino por omisión. Al dejar morir a la novia de Jesse, de la manera en que lo hace (sin hacer nada, por ingesta de su propio vómito por efectos de la droga) y pudiendo evitarlo, vemos que no hay límites en el camino de Heisenberg.
El gancho es que este crimen por omisión, desencadenará un desastre aéreo de nefastas consecuencias. Vaya que se esta poniendo peligroso el Dr. White.
La muerte de un niño a manos de hombres de Gus Fring, el nuevo jefe/socio de Walter, hace que Jesse quiera tomar venganza de manera directa (con arma en mano).
En la última escena (a mi juicio, tal vez la mejor de toda la serie), Walt atropella a los dos hombres de Fring justo un momento antes que Pinkman intente dispararles, y luego al que queda mal herido lo remata con su propia arma (se le calló cuando lo embistió). Levanta la cabeza y BANG… el proto Heisenberg es quien ahora le dice a su pupilo y con una mirada atónita Run (Corre).
La escena final de esta temporada es el resultado del lavado de cabeza y la genial manipulación de Walt ejerce sobre Jesse.
Sabiendo que Gus está buscando reemplazarlo, Walter tiene que deshacerse del nuevo cocinero que hará sacarlo del negocio (y hasta de su propia vida). Para ello convence a Pinkman que ambos corren peligro. De paso le pide el favor por haberle salvado su vida antes: una manera de presionarlo.
Resultado: primera muerte a sangre fría de Jesse; Walt sabe que no necesita siquiera estar en el lugar para hacer daño.
Era Fring o era White… nuestro querido protagonista aún tenía tela para cortar.
Otra obra maestra manipuladora del querido Walt, utilizando en este caso a Tío Salamanca y su silla explosiva, para sacarse de encima al zar de la Meta y ex – jefe (las cosas se estaban poniendo demasiadas feas).
Semejante hecho llama la atención de la prensa: reunida la familia en casa de Hank, Skyler viendo la TV recibe un llamado… era su esposo, quien del otro lado del teléfono le dice Yo gané.
Para coronar este episodio, termina la toma con la imagen del jardín del Dr. White, donde se enfoca y se detiene la cámara en una maceta con Lirio del Valle, el cual utilizó para envenenar al hijo de la nueva novia de Jesse.
Si hay una manera de entender cuándo uno toca fondo, es ver que fusilen a un integrante de tu familia frente a tus ojos.
Esta gran escena demuestra que ni 80 millones pueden comprar una vida. Walter vuelve a foja cero después de todo lo realizado pero los neo-nazis que lo embaucaron no tienen idea con quién se metieron.
La confesión final de Walt a Jesse antes de que se los regale a los arios es impactante.
Una de las últimas víctimas del ya casi construído Heisenberg es la bella Lydia. Walter White emplea su ingenio para demostrar que ella ha errado al querer sacarlo del medio. Ni siquiera en su ocaso hay persona alguna que pueda con él, más allá de lo logrado luego con sus últimas víctimas (los neo-nazis), aquí vuelve nuevamente a sus fuentes de cínico y maestro en manipular los átomos y elementos a su antojo y reemplazar una simple Stevia con un veneno para terminar lenta y dolorosamente con su última socia.
Reunión familiar en la casa de los White, hermosa tarde para almorzar algo junto a sus cuñados. Si bien Hank es una piedra angular en esta historia, es inevitable que los laureles se los lleva Walt.
Sin embargo aquí, en este bonus track, es muy genial cómo se entera su cuñado quién es la persona a quien está persiguiendo y lo tiene a mal traer. Tan es así que lo tenía en la palma de sus manos: por un libro se da cuenta quién es Heisenberg.
