El reflejo de un momento histórico en México que repercute hasta nuestros días
Así como la caída del Muro de Berlín y el ataque a las Torres Gemelas marcó un punto importante en la historia moderna de Alemania y EE.UU. –respectivamente–, el asesinato de Luis Donaldo Colosio fue fundamental para la historia de México. La figura de un candidato presidencial abatido a tiros, meses antes de una de las elecciones más intensas que tendría el país, fue un hecho que sigue repercutiendo hasta nuestros días y así lo muestra la serie documental 1994.
Esta producción de Netflix y Vice Media vuelve a centrarse en la figura de Colosio, a tan solo unas semanas de que la plataforma de streaming nos mostró la ficción de Historia de un Crimen: Colosio. Pero esta vez se va más allá: no se trata de solo centrarse en lo sucedido con el líder sonorense, sino del contexto histórico, político y social que se estaba viviendo en México.
Para lograrlo, el realizador Diego Enrique Osorno logró reunir figuras importantes del momento que de una u otra manera estuvieron involucradas en el suceso, tal es el caso de Carlos Salinas de Gortari, ex-Presidente de México, quien en muchas ocasiones ha sido señalado como el autor intelectual de la muerte de su ex compañero de partido y quien no tiene reparo para sentarse frente a la cámara y exponerse al ojo público una vez más.
De Gortari sigue siendo tan aterrador y fundamental. Su sola presencia ya es un logro para la pieza documental. Él sabe el poder que tuvo y mucho del cual mantiene, dejándolo entrever con una sola línea al momento de su presentación: “¿Quieres que te dé un resumen de mi CV?”. Desde su llegada a la Silla Presidencial en 1988, en medio de unas elecciones amañadas, se dio el primer paso para gestar todos los conflictos que se desatarían hacia el final de su periodo como Presidente: el levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) quienes surgieron como una respuesta al recién firmado Tratado de Libre Comercio (TLC), el asesinato de José Francisco Ruiz Massieu y la crisis económica que se desató en Diciembrede 1994.
Y aunque ese año de 1994 solo fue el primer golpe de la primera caída que se avecinaba para el PRI, el documental deja claro que al mismo tiempo, lo sucedido con Colosio fue una nueva luz que le llegó al partido líder: la figura de su ex candidato fue usada para revitalizar su ya desgastada imagen ante una nación que estaba despertando de una terrible realidad.
En sus palabras, Gortari no teme confesar que la sucesión presidencial se determinaba desde Los Pinos, uno de esos “pequeños” hechos que llevaron a México a convertirse en una dictadura perfecta (tal como el escritor Mario Vargas Llosa lo definió alguna vez), dejando claro algo que el pueblo mexicano sabía desde hace mucho, pero que nunca se ha confirmado de manera oficial y, por supuesto, nunca sucederá.
El valor periodístico de 1994 por supuesto no reside en volver a especular quién o quiénes estuvieron detrás de tantos conflictos sucedidos en un mismo año, y mucho menos en sus valores de producción que se resuelven con planos fijos del entrevistado sentado frente a la cámara en la mayoría de los casos. Su importancia está en el fondo de las declaraciones de los entrevistados y en la tensión que se siente al volver a rememorar los duros hechos que no dejan espacio para juzgar quién era el bueno o el malo; simplemente hay tiempo para mostrar el juego de sombras que existe en la política mexicana.
Entre los entrevistados, el otro que tiene gran importancia es el subcomandante Marcos, personaje clave en el último año del sexenio de Salinas y quien esta vez vuelve a fungir como un contrapeso del discurso que tiene el ex-Presidente. Marcos vuelve a darle una voz a los grupos oprimidos ante un país que no miraba ni mira hacia el sur.
Por su parte, figuras como Luis Donaldo Colosio Riojas, Agustín Basave, el periodista Federico Arreola, la comunicadora Talina Fernández y muchos más llegan a una sola conclusión a partir de unir sus declaraciones: todo lo sucedido en 1994 llevó a formar el camino para que la oposición ocupara la silla presidencial, 6 años después con la llegada de Vicente Fox Quezada (Partido Acción Nacional) y, posteriormente, ya en nuestros días, a partir de una larga lucha el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, el candidato de MORENA.
Desafortunadamente, ese 1994 parece estar más presente y no solo en el recuerdo al haber pasado un cuarto de siglo, sino en mostrar que las viejas prácticas siguen estando presentes en el Estado Mexicano: los compadrazgos, las designaciones por dedazo, las figuras de semidiós que prometen un cambio inmediato y, sí, un sector de la prensa amañada por el gobierno a todas luces.
Tal como lo creía la cultura Azteca, el tiempo es cíclico y parece que en la política mexicana aplica a la perfección.