¿Acaso el dramedy se ha convertido en el reemplazo natural de la sitcom?
Hablamos de géneros televisivos y no podemos separar al drama de la comedia: uno es la contraparte del otro. Muchas son las comedias exitosas que hemos tenido a lo largo de las décadas, aunque principalmente fueron las sitcoms, también llamadas comedias de situación, las que fueron marcando el camino.
Recordemos brevemente que las sitcoms tienen sus propias reglas como el hecho de que se desarrollan regularmente en los mismos lugares y con los mismos personajes, donde tenemos (en una gran cantidad) al público presente física o virtualmente con las risas. El éxito de este género comenzó en los sesenta, aunque podemos decir que la primera sitcom de la historia fue la británica Pinwright’s Progress, en 1947. Y si nos vamos a Estados Unidos es necesario mencionar I Love Lucy, emitida en la década de 1950, protagonizada por la gran Lucille Ball y Desi Arnaz.
A medida que fueron avanzando las décadas muchas fueron las sitcoms que se hicieron lugar. Ejemplo de esto son principalmente Seinfeld, The Office yFriendslas cuales siguen siendo consumidas por las nuevas generaciones, volviéndose fenómenos para analizar. Sin embargo, al mismo tiempo se puede ver, sobre todo en los últimos 5 años, que a las nuevas sitcoms les está costando posicionarse como quizás sucedía antes. Si pensamos los últimos grandes éxitos tenemos que mencionar a The Big Bang Theoryque se estrenó en 2007 o How I Met Your Mother de 2005. Y entonces, el recambio, el replanteo: el dramedy.
El dramedy comenzó a imponerse no solo en éxitos de audiencia sino también en premiaciones, haciendo que cada vez sean más las producciones de este estilo, mientras que a las nuevas sitcom les cuesta posicionarse en audiencia.
Debemos reconocer que en el último tiempo tuvimos grandes referentes que se cimentaron en el dramedy como lo fueron Orange Is The New Black yTransparent, que si bien manejaban la comedia muy bien, sus temas coyunturales hacían que también se trabajara el drama, pero no priorizando a uno sobre el otro sino encontrando el equilibrio.
A la comedia se la vinculó con temas más superficiales, algo que el último tiempo se fue modificando justamente gracias al dramedy ya que no solo se centra en hacer reír y llorar a la audiencia, sino también presentar una postura más crítica al tema a tratar. De esa manera abarca todo el espectro de los géneros, mucho más exitoso en la actualidad a lo que en su momento fueron las sitcoms. Esto también llevó a que incluso en las premiaciones haya muchísimos debates con respecto a la terna a representar, quedando muchas en la comedia, cuando no ofrecían solo eso, menos aún si notamos que el verdadero punto en común (aunque no siempre, pero muy regularmente) del dramedy con la sitcom es que respetan los episodios de corta situación.
A partir de lo antes comentado planteamos el título de este artículo: ¿acaso el dramedy se ha convertido en el reemplazo de la sitcom? Notamos que principalmente las producciones televisivas eligen posicionarse en géneros en los que predominan los grises y la flexibilidad sin estar en un límite exacto. La cantidad de opciones se replica constantemente, y el público las elige más y más, como sucede actualmente con Sex Education, The Marvelous Mrs. Maisel, Fleabag, y la lista sigue.
La respuesta a nuestra pregunta decanta sola, y es rotunda: NO.
Quizás siga habiendo ejemplares exitosos dentro de las comedias de situación, pero ¿será quizás que la audiencia hoy elige reírse pero pudiendo reflexionar y criticar cuestiones coyunturales? No lo sabemos, pero el éxito de los dramedys nos hace pensar que quizás esas reflexiones, entre risas y llantos, sean lo determinante.
La película lo tiene todo: el carisma de Gosling, la presencia de Blunt y los chistes simplones en yuxtaposición de la complejidad coreográfica con peleas que incluyen un ingenioso manejo de cámaras.