¿Logró redimir Mi pobre y dulce angelito a la franquicia?

Cuando te das cuenta de que es un estreno directo a Disney+ (que no debería ser necesariamente malo por sí mismo), que el director es el mismo de Dirty Grandpa y que Macaulay Culkin no está involucrado de forma alguna con el proyecto, todas las sospechas apuntan a que la SEXTA película de la saga Home Alone no tiene muchos elementos a su favor.

Y entonces ves aquél trailer…

¡Y luego lees nuestro artículo anterior (¡psssst, pssst, está AQUÍ)! Pero les debíamos un texto que enunciara con justicia –habiéndola visto, claro está– si realmente Mi pobre y dulce angelito está a la altura de los 2 filmes escritos por John Hughes y dirigidos por Chris Columbus en la fabulosa década de los 90.

Así que aquí lo tienen, libre de spoilers pero lleno de sinceridad (y mucho cariño a Disney, que en serio no es nada en contra de ellos): nuestro análisis de Home Sweet Home Alone.

Archie Yates (Jojo Rabbit) sigue siendo un muchachito encantador y con carisma. Es simplemente que su personaje no está bien escrito. Es una pena que se atrevan a incluir en los créditos intelectuales al fallecido Hughes pues, aunque hay claros homenajes a las películas de la saga que sí escribió, lo que hicieron con el estelar Mikey Day y Streeter Seidell es tratar de hacer que el público empatice con un niño básicamente bully y grosero con su mamá.

De allí parten los problemas, pues aunque nuestro pequeño Kevin de antaño fue grosero en algún momento con su mamá fue porque se le hizo estallar y de hecho su familia abusaba de su edad e inocencia. Así se pierde la simpatía por Max Mercer, un niño de 10 años que más bien parece por momentos Mi pobre diablito, ¿se acuerdan?

Triste también el tratamiento a los “villanos” encarnados por Ellie Kemper (The Office) y Rob Delaney, un matrimonio de desafortunados perdedores que por sus torpes acciones crean un malentendido que los hace convertirse en malandros.

Y el punto no es que los queramos comparar con Joe Pesci y Daniel Stern… ¡sino que simplemente el guión no permite terminar de entender qué es lo que se quería lograr!

Las trampas de Max no aparecen expresamente sino hasta el último acto de la película, la cual desarrolla los primeros dos de una forma algo distante a los filmes originales.

Esto podría no parecer malo, pero los clichés son tantos en el climático y tan letales las trampas del chamaco, que terminas sintiendo ansiedad por los “villanos”, en lugar del “inocente” niño, quien tiene cero respeto por la casa que sus padres con tanto trabajo lograron.

Sin contarles el final, pero es claro que no hay moraleja ni aprendizaje alguno. Y si creen que Max se redime con eventos de un par de noches, pasa de lo increíble a lo absurdo. Mismo caso con los ladrones tontos, quienes parecieran recompensados por su series de acciones inmaduras y mal pensadas.

En serio, ¿puede uno salirse así con la suya en el mundo real? Es patente que desde el filme de 1992 todo esto es ficción, pero simplemente no cuadra para una buena historia navideña.

De algún modo, los 90 minutos que dura Mi pobre y dulce angelito son amenos para congregar a la familia entera en la sala, en busca de una buena película temática para los feriados que se vienen.

Apta para todo público, con easter-eggs y cameo adecuados para los que vieron la de antaño… ¡y hasta la posibilidad de ver las originales, si a los nuevos en la familia les interesa ver más travesuras de niños “abandonados” en casa!

Estas son nuestras impresiones, pero por supuesto ustedes tienen la última palabra.

Home Sweet Home Alone está disponible ahora mismo y exclusivamente en Disney+, justo a tiempo para un buen maratón de películas navideñas, además por supuesto de las primeras dos películas disponibles en catálogo.