El status de leyenda de Hannibal es tan grande que tenemos varias versiones en el cine y la televisión. Es uno esos personajes tan cautivantes que siempre hay alguien tratando de ponerlo de vuelta adelante de una cámara, y es justamente por eso que forma parte de nuestra colección NFT de Baby Villains.
A diferencia de Walter White y Negan, el origen de Hannibal Lecter se remonta a la década de los 80, cuando Thomas Harris escribió Red Dragon y luego continuó su historia en The Silence of the Lambs y Hannibal, creando una trilogía espectacular para un personaje que fue inspirado por Alfredo Balli Treviño, un médico que fue entrevistado por el novelista cuando sufría una condena de 20 años en una prisión de México por haber matado a su pareja.
En las diferentes adaptaciones la historia de Hannibal se modifica, pero originalmente nació en Lituania y, durante la Segunda Guerra Mundial, sus padres fueron asesinados en un bombardeo nazi en el patio de su casa de campo, dejándolo solo junto a su hermana menor, Mischa. Ambos fueron prisioneros de lituanos traidores que ayudaban a los alemanes, pero cuando llegó el invierno y se quedaron sin alimentos, los soldados mataron a Mischa y se la comieron. En los años posteriores, se obsesionó con eliminar a los responsables, pero terminó encontrando un profundo placer en el hecho de asesinar personas, es así que adquiere el título de Doctor en Psiquiatría y comienza a trabajar como auxiliar del F.B.I. en la elaboración de perfiles psicológicos criminales y como perito psiquiátrico en Maryland para encontrar a las víctimas perfectas.
El éxito de Red Dragon fue tal que se estrenó en 1981 y cinco años más tarde se lanzó su primera adaptación, Manhunter, con Brian Cox interpretando a Hannibal. Más allá de que Cox hace un buen trabajo en el film, nada se compara a la interpretación de Anthony Hopkins en The Silence of the Lambs (1991), Hannibal (2001) y Red Dragon (2002).
El Lecter de Hopkins es como la Coca Cola común. ¿Porque empezó teniendo cocaína? No, porque a pesar de sus varias versiones, la imagen que tenemos en la mente es solo una. Si hablamos de Coca, se nos viene a la cabeza la botella con la etiqueta roja y las letras cursivas. Si nos referimos a Hannibal, vemos a Anthony con su porte elegante, su cabello corto, su máscara y su atuendo blanco.
Hopkins terminó siendo el actor perfecto para el personaje, distinguido, bien hablado, sagaz e ingenioso, pero con un ritmo que siempre parece menor al del resto de las personas. Esta coraza de hombre culto y con buen comportamiento oculta a un monstruo psicópata desagradable, el cual sale a la luz a través de sus tan particulares ojos.
Cuando hablamos de Negan y Heisenberg los describimos como personas muy violentas, pero el nivel de atrocidades cometidas por Hannibal están en otro nivel. El hombre siente placer al atraer a su víctima, matarla y luego comerse miembros e intestinos. Ese es su hobby. Mientras nosotros miramos series y películas en Netflix, él usa ese tiempo para descuartizar personas y luego cocinarlas. Gustos son gustos…
El nivel de manipulación para lograr estos crímenes es asombroso. Lecter es metódico y calculador, pero a veces, cuando las cosas no salen como desea, exhibe su personalidad iracunda. Esto es un juego para él, se divierte y la pasa bien mientras va ganando, pero cuando comete un error quiere tirar el joystick por la ventana, como nosotros. Con la pequeña diferencia de que él es un asesino serial, claro.
Como pasa con los otros dos villanos que destacamos en este serie de Biografías no autorizadas, Lecter termina siendo un personaje celebrado porque es fascinante su mentalidad, su forma de lograr las cosas, su capacidad de análisis y viveza para escapar de situaciones comprometedoras. Pero el factor principal en Hannibal es el goce, la satisfacción en su cara mientras comete crímenes horripilantes.
Para terminar, debemos destacar a las otras dos versiones de Lecter: el primero es Gaspard Ulliel, quien le dio vida al villano en Hannibal Rising (2007); y el segundo es Mads Mikkelsen quien lo interpretó en la serie de Hannibal en 2013 e hizo un trabajo espectacular. De hecho, lo podríamos clasificar como el segundo mejor Lecter de la historia.
En definitiva, nosotros todavía no sabemos qué le ponen a las hamburguesas de McDonalds y a las salchichas que venden en los estadios, así que ¿cómo podemos juzgar a Hannibal por comerse un cerebro? Salvo por… ya saben… el temita de los asesinatos, ¿no?
😛
Es imposible crear una galería de villanos históricos y saltearse a Hannibal Lecter, por eso le dimos su lugar en la nuestra. Visítala haciendo CLIK aquí.
