El nuevo reality show de MTV y Facebook Watch, El Mundo Real: Ciudad de México, nos presenta a 7 individuos desconocidos con distintas personalidades y gustos, que habitan en la misma casa y buscan convivir a pesar de sus diferencias. Por supuesto, hablamos de una nueva versión de este popular programa de los 90’s, que ahora se traslada a nuestra región para mostrarnos qué pasa cuando la gente deja de ser amable.
En este nuevo formato, los espectadores pueden adentrarse más a la vida de este grupo gracias a la página de Facebook y las historias que se suben ahí, convirtiéndose en una experiencia más inmersiva.
Fiel a su versión original, El Mundo Real: Ciudad de México explora tanto las identidades sexuales como sus preferencias, los prejuicios, el romance y las creencias de este grupo, tratando de mostrar la realidad de la sociedad mexicana. Este experimento social está plagado de estereotipos que tal vez pueden molestar a más de uno: tenemos desde el niño fresa que no mueve un dedo por la casa hasta el chico de origen indígena que es menospreciado por sus compañeros.
Lo interesante de este reality show es ver las limitaciones y los problemas a que ciertos grupos de la sociedad como la comunidad LGBT+ o las personas con necesidades especiales deben enfrentarse en el día a día en una ciudad como es CDMX.
Melissa no ha podido ser quien ella realmente es durante toda su vida. Ser lesbiana dentro de una familia en donde ser gay no es aceptado, no es fácil. Sin embargo, salirse de casa, le ha abierto un mundo lleno de posibilidades. (Semana 2, Probadita 2)
Ejemplos de lo anterior los tenemos en Dany, una chica trans que es fiel a sus ideales y que se enfrenta con los estereotipos que la sociedad y sus compañeros tienen sobre ella, en Melissa, una chica de veintipocos que no le ha dicho a su familia que es lesbiana y en Emilio, un chico que tras una enfermedad perdió su pierna, pero que siguió adelante.
También hay mucha relevancia hacia el racismo y clasismo que debe enfrentar El chiquis (Israel) por sus rasgos indígenas y aspectos de su personalidad, ya que dentro de su grupo de compañeros es juzgado por cómo habla y cómo se viste.
Por supuesto, aunque The Real World no deja de ser otro reality show más del montón, en una época donde son las series de ciencia ficción son las que prevalecen entre el gusto de los jóvenes (recordemos que este formato se gastó hace tiempo cuando tuvo su auge con Big Brother), no deja de ser entretenido.
Si te gusta el formato, es una opción recomendable.