Pixar es un caso interesante en el mundo audiovisual. La empresa se fue convirtiendo en sinónimo de historias cargadas de reflexiones sobre lo que significa crecer, las emociones e incluso la muerte. Piensen en Toy Story (1995), un ejemplo claro de esto en toda su saga; a lo anterior, para colmo, se le suma el valor de la amistad.
Pero no es el único exponente del estudio en cuanto a lo que marqué más arriba. Gran parte de la filmografía del estudio sigue esos valores. Y, como la sociedad es compleja de por sí, estas características son las que más suelen criticarse: muchas veces “molestaron” las moralejas que se esparcían en el Universo Pixar.
Ante esas críticas llegaron producciones como Soul (2020) y Turning Red (2022), que además de apuntar al público infantil dieron un golpe de timón hacia espectadores adultos. Esto demostró que las críticas habían sido escuchadas. En ese contexto llega Elementos (2023), una historia bastante simple en comparación a todo lo que vemos en la filmografía de Pixar.
En Elementos se nos presenta un mundo fantástico en el que cada personaje representa uno de los cuatro elementos de la naturaleza: agua, tierra, aire y fuego. La regla básica de este espacio es que los elementos no pueden mezclarse. Así, la protagonista Ember, una que forma parte de los elementos de fuego, queda aislada. Pero en su vida aparece Wade, elemento de agua. Juntos darán un paso más allá…
Como se habrá entendido, la película profundiza en un mundo plagado de diferencias y a través de la relación de los protagonista se ahonda sobre ellas. Ella es de fuego y él de agua, pero logran encontrar puntos en común a pesar que representan puntos completamente opuestos.
Elementos se basa, en parte, en la juventud del director de la cinta Peter Sohn, hijo de inmigrantes que creció en la Nueva York de la década de 1960. Por eso en la película el foco está puesto en una diversidad más vinculada a la cultura. Así es como se construyó esta trama mitad humana y fantástica, jugando con los tipos de animación para poder lograr esa constante.
Y es que Elementos es una historia que habla sobre los problemas de los inmigrantes, sobre la vocación y el deber familiar, también sobre el manejo de las emociones, sin tampoco traer alguna forma novedosa de abordarlos a diferencia de como paso por ejemplo con Inside Out (2015) que trajo una historia novedosa para profundizar no solo en los sentimientos sino también en la importancia de los recuerdos.
Sin dudas, Elementos, comparada a lo que Pixar venía presentando, es completamente simple. Para colmo, no fue acompañada por la taquilla. Al final de cuentas, la cinta prometía traer algo innovador pero se quedó solo en las cuestiones técnicas, haciendo que tal vez el público adulto, que suele acompañar en gran parte al éxito del estudio, pida volver al esquema anterior.
