Este es el verdadero significado de las últimas escenas de Kendall, Shiv y Roman en Succession

El final de Succession dejó a los hermanos Roy en tres escenarios muy diferentes, y aquí te explicamos el significado detrás de la última escena de cada uno de ellos, y por qué su arco se cerró de esta forma.

Las imágenes del agua se han relacionado durante mucho tiempo con el personaje de Kendall. Cuando tuvo poder, se sumergía en ella; cuando asumió como CEO, la veía desde lejos en un amanecer y cuando estaba en el punto más bajo de su vida, casi se suicida en una pileta. De hecho, el agua también estuvo presente en el accidente de la temporada 1.

En la última escena, él es seguido por Colin, quien encubrió su asesinato, y mira el río desde lejos en un atardecer, cuando el sol está cayendo. Esto simboliza las barreras que le impiden avanzar. No obstante, teniendo en cuenta cuántas veces Ken casi pierde la vida en el agua, si Waystar representa al agua, quedar fuera de la compañía puede haberlo salvado.

La escena final de Shiv se puede interpretar de muchas maneras diferentes, pero básicamente se está resignando a convertirse en su madre, la infeliz esposa de un director ejecutivo. En lugar de tener poder ella misma, eligió no competir por temor, tal y como había anticipado Logan.

Shiv está de pie infelizmente detrás de Tom y se aferra a él porque es la persona con más poder. Esta última escena dio vuelta por completo la dinámica de la relación, Tom ahora es el que está “en control”. Mientras Shiv coloca su mano sobre la de Tom, no hay sensación de afecto o unidad, más bien están de regreso donde comenzaron, en un matrimonio sin amor pero con una dinámica de poder invertida.

Roman fue el que más aceptó su destino en el final. El episodio 9 fue su derrota absoluta y en el 10 se resignó a quedarse fuera de la empresa, algo que nunca había querida realmente, él solamente quería satisfacer los deseos de Logan. Básicamente, ya no tiene que fingir más.

Esta sensación de libertad de la que hablamos es la razón por la que esboza una sonrisa en su última escena, mientras toma un Martini (el coctel preferido de Gerri, por cierto). Él ya no tiene que lidiar con el dolor y la sensación de fracaso de no ser lo suficientemente competente para ser el director ejecutivo de Waystar.