Fue en 2006 cuando Nicole Kidman se casó con el cantante country Keith Urban, en lo que parecía una historia de amor sólida y sin fisuras. Durante 19 años compartieron vida, escenarios y dos hijas, Sunday Rose y Faith Margaret, convirtiéndose en una de las parejas más queridas de Hollywood.
Sin embargo, en septiembre de 2025 anunciaron su separación. De acuerdo con Entertainment Weekly, la decisión se veía desde el verano, con Urban mudándose a Nashville mientras Kidman permanecía en Los Ángeles.
Lo que alguna vez fue símbolo de estabilidad ahora se transforma en un nuevo capítulo de reinvención para la actriz.
Mucho antes de convertirse en estrella internacional, Nicole Kidman tuvo relaciones en Australia con colegas como Tom Burlinson y Marcus Graham. Aquellos amores discretos acompañaron sus primeros pasos en el cine y la televisión.
Y aunque parecieran anecdóticos, muestran el inicio de una vida amorosa siempre bajo reflectores. Paralelamente, su carrera brillaba: a lo largo de los años Kidman ha ganado un Óscar, un BAFTA, un Globo de Oro y un Emmy, prueba de que su vida profesional siempre caminó a la par de su vida personal.
El capítulo más mediático de su vida llegó con Tom Cruise, a quien conoció en 1990 durante el rodaje de Days of Thunder, Días de Trueno en Latinoamérica. Juntos formaron una de las parejas más icónicas de Hollywood de los noventa, adoptaron a Isabella y Connor, y protagonizaron titulares durante una década.
Sin embargo, su separación en 2001 fue abrupta, rodeada de rumores y especulaciones, especialmente por el rol de la Cienciología en la relación.
Tras Cruise, la prensa vinculó a Kidman con nombres como Robbie Williams y el músico Lenny Kravitz, quien años después confirmó que sí existió un romance entre ambos.
Estos rumores, más allá de lo que fueran en realidad, reforzaron la idea sobre Nicole como una mujer que siempre despertaba interés dentro y fuera de la pantalla.
Más allá de cada pareja, Nicole Kidman ha demostrado que su historia no depende únicamente del amor. Cada relación acompañó una etapa de su vida, pero nunca la definió por completo.
Hoy, tras su divorcio de Keith Urban, se enfrenta a un nuevo comienzo que reafirma su capacidad de resiliencia y de reinvención, un rasgo que siempre ha marcado tanto su carrera como su vida personal.
Los romances de Nicole Kidman son como capítulos en un guion: algunos intensos, otros breves, unos celebrados y otros dolorosos. Pero ninguno eclipsa lo esencial: su talento y su fuerza para seguir adelante.
Como en el cine, cada final es también el inicio de una nueva historia, y Kidman, con la elegancia que la caracteriza, está lista para escribir la siguiente.
