Hojas de Otoño muestra que el cine mínimo nos hace mucha falta - Spoiler Time

Hojas de Otoño muestra que el cine mínimo nos hace mucha falta

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Fallen Leaves es, como el amor en su inicio, algo que queremos vivir por siempre.

La forma en que disfrutamos el cine, el amor, la música, la amistad, incluso a la misma familia o la soledad, siempre dialoga con lo que vemos, escuchamos o leemos. Todo esto a lo que le permitimos entrada se siente muchas veces muy grandilocuente y comenzamos a tener una dismorfia emocional. Es decir: comenzamos a idealizar todo lo que vemos y llega un momento que nuestra simple vida amorosa, amistosa o solitaria empieza a ser también muy poca cosa. Por eso, el minimalismo cinematográfico de Aki Kaurismaki en Fallen Leaves (Hojas de Otoño).

Dos personas solitarias que se encuentran por casualidad en la noche de Helsinki tratan de encontrar el primer amor de sus vidas. Ansa y Holoppa son ahora una imagen aspiracional de la sencillez de las cosas que anelamos y queremos.

Fallen Leaves (Hojas de Otoño) es ese tipo de cine que prácticamente sin ningún artificio encuentra la forma de comunicar su mensaje. El minimalismo cinematográfico es compensado por una pareja que inunda la pantalla con una practicidad emocional que lo hace lucir breve y sencillo. Así, Aki Kaurismaki nos emociona con sus hermosos y no hartantes lugares comunes que se convierten, de un lenguaje cinematográfico granuloso, a una emoción vibrante para el espectador. Lo menos aquí es lo más; la emoción más simple como dar un número telefónico hasta encontrar el amor en la vida. Esta claridad emotiva que viaja a través del lenguaje visual se puede sentir parsimoniosa por momentos porque, como dije al inicio de este texto: esperamos la grandilocuencia a la que estamos ya acostumbrados y cualquier cosa menos que eso nos parece aburrida, descolorida y lejos de lo que deseamos. 

La simpleza de Aki es abrumadora y lo que logra comunicar con tan poco lo es aún más. Sus personajes no sufren la soledad, solo que ya no quieren estar solos. Tampoco quieren el amor, pero si los encuentra lo abrazan. La premisa es tan sencilla como querer y quererse, pero también estar juntos.

En el cine habitualmente vemos comedias románticas con una estructura probada que funciona: chico y chica se conocen, conviven, se desencuentran y después existe una reflexión que los junta de nuevo y así son todas. Si alguna tiene un giro interesante es que lo último no sucede. Kaurismaki también adopta esta estructura, solo que pareciera que estos personajes están vivos en ti y en mí; pero también esas experiencias y desencuentros han encontrado muchas veces un hogar en nosotros con diferentes seres y diferentes amores. Sin embargo, son siempre las mismas sensaciones.

Aki Kaurismaki dibuja el amor, lo esboza y no abusa. Presenta lo que es y no lo que queremos que sea. Tampoco exagera en el cuadro al no pintarlo, sino simplemente trazarlo, sin drama y tampoco sin colores relucientes que lo adornen. Fallen Leaves (Hojas de Otoño) es, como el amor en su inicio, algo que queremos vivir por siempre.

Ya en cines.

Video
https://www.youtube.com/watch?v=MGUdceoGSdM

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