Breaking Bad salvó la vida actoral de Jesse Plemons

Como ya lo hemos repetido en muchas ocasiones, y en especial yo porque no puedo negar que se trata de una de mis series favoritas, pero es cierto que Breaking Bad es una producción que marcó el mundo de la televisión a nivel global. La forma de contar una historia sobre un maestro de química que entra al mundo de la producción de drogas para mantener su tratamiento contra el cáncer le da una nueva esperanza de vida con la cual puede demostrar que no es uno más en el mundo.

Breaking Bad tuvo una curva de crecimiento no solo en su historia, también en su audiencia que se dejó conquistar por esta serie y engancharse con los personajes, algunos amados y otros odiados como Todd, el personaje al que dio vida Jesse Plemons en la quinta y última entrega. Este despiadado, pero muy joven sicario puso a temblar a Walter White y sobre todo a Jesse Pinkman, por lo cual se ganó una animadversión de la audiencia que quería verlo merecer su castigo después de lo hecho, satisfacción que llegó hasta el final de la serie.

Pero es curioso pensar que ese odio hacia su personaje solo demostró la gran capacidad actoral que Plemons tenía por explotar en ese momento y que sería el inicio de una prominente carrera actoral.

Fue en 1991, con tan solo tres años de edad que tuvo su aproximación a los medios al formar parte de un comercial de Coca-Cola, lo que lo llevó a realizar otros trabajos similares en los años posteriores. Fue hasta los once años que comenzó a incursionar en películas y series de televisión destacando pequeñas participaciones en Sabrina, la bruja adolescente y Anatomía según Grey.

A sus 18 años logró ser parte del elenco principal de la serie Viernes de Fútbol en donde estuvo en cuatro de sus cinco temporadas, para después embarcarse en el proyecto que realmente lo puso en el mapa: Breaking Bad. Con la llegada de la quinta y última temporada se sumó al arco final en donde con tan solo once episodios logró ser un personaje icónico.

Después de Todd, y aunque este ya había incursionado en el cine, tuvo su primera gran colaboración con un director reconocido como Paul Thomas Anderson en la cinta The Master: Todo hombre necesita un guía, interpretando al hijo del personaje de Philip Seymour Hoffman, quien fue nominado al Óscar como mejor actor de reparto.

En 2014 fue considerado para formar parte de Star Wars: El despertar de la fuerza para dar vida a Finn, personaje que terminaría siendo interpretado por John Boyega. Un año después llegó la segunda temporada de Fargo en donde dio vida a Ed Blumquist, personaje por el cual fue nominado al Emmy, y además donde conoció a Kirsten Dunst con quien iniciaría una relación que al día de hoy mantiene estable.

También en ese 2015 trabajó junto a Johnny Depp en Pacto criminal y formó parte del elenco de Puente de espías, llevándolo a trabajar con el icónico director Steven Spielberg y con Tom Hanks, mismos con los que volvería a colaborar dos años después en The Post: Los oscuros secretos del Pentágono. En 2017 también trabajó junto a Tom Cruise en Barry Seal: Sólo en América y en 2018 con Adam McKay en El Vicepresidente: Más allá del poder.

Pero aún faltaba una de sus grandes oportunidades, trabajar a lado de Martin Scorsese, uno de los legendarios directores de todo el mundo, quien lo fichó para El irlandés, llevándolo a trabajar con Robert De Niro, Al Pacino, Joe Pesci y Harvey Keitel, cuatro actores icónicos del cine de mafiosos.

A su creciente filmografía se sumó su trabajo con Charlie Kaufman en Pienso en el final, Judas y el mesías negro de Shaka King y El poder del perro de la directora neozelandesa Jane Campion, por la cual recibió su primera nominación al Óscar como mejor actor de reparto.

En los últimos años lo vimos también en un episodio especial de Black Mirror, en la miniserie Amor y muerte, teniendo una nueva colaboración con Scorsese en Los asesinos de la luna y próximamente lo veremos en una pequeña participación en Guerra Civil donde dará vida a un soldado radical el cual se enfrentará al personaje de Kirsten Dunst, su esposa de la vida real.

Desde su primera aparición en Breaking Bad han pasado doce años y nadie del elenco, quienes la mayoría estuvieron desde el principio de la serie, consiguió consolidar una carrera tan prolífica como Jesse Plemons, este actor que a sus 36 años aún tiene una vida profesional por delante que podría darnos más sorpresas para bien.