Aquí nos vamos a meter en un tema complicado respecto a los derechos de autor. En los últimos meses estuvo haciendo mucho ruido alrededor de la industria, pero a medida que la Inteligencia Artificial sea utilizada cada vez más, todas las preguntas y reclamos que vamos a plantear aquí, serán cada vez más escuchados.
Para comenzar vamos con algo básico: el derecho de autor se refiere a los derechos legales que protegen la creación de obras originales, incluyendo literatura, música, arte y software.
Pero, en el caso de la inteligencia artificial, el derecho de autor es algo muy complejo, con varias aristas y lugares grises, similar a cómo sucede con las leyes de medios/comunicación e internet. Para aprender más sobre todo lo que implica la IA, pueden visitar nuestro artículo del lunes aquí.
Volviendo a los derechos de autor, en algunos casos, la IA es utilizada como una herramienta para crear o generar contenido. En la industria audiovisual, el caso más reciente es el del anime de Netflix titulado The Dog and the Boy, una serie creada por Inteligencias Artificiales (si quieres saber más sobre ella visita nuestro artículo).
Pero aquí el problema es, ¿la obra generada por la IA es considerada una obra original protegida por derechos de autor? En general, las leyes de derechos de autor requieren que una obra sea original y tenga un autor humano para ser protegida. En algunos países, la jurisprudencia y la regulación están evolucionando para abordar el papel de la IA en la creación de contenido.
Por ejemplo, en la Unión Europea, la Directiva sobre el derecho de autor en el mercado único digital reconoce que las obras generadas por la IA pueden ser protegidas por derechos de autor si cumplen los requisitos de originalidad. En otros países, la situación es menos clara y depende de la interpretación de las leyes de derechos de autor por parte de los tribunales (sale mal).
En EE. UU. no existe protección de derechos de autor para las obras generadas únicamente por una máquina. Sin embargo, los derechos de autor pueden ser posibles en los casos en que el creador puede probar que hubo una participación humana sustancial. Este será un tema recurrente cuando se trate de otorgar derechos de autor para obras generadas con la ayuda de IA. Si simplemente escribes tres palabras para generar un cómic o un guión, no será suficiente para obtener los derechos de autor en Estados Unidos.
Reino Unido, por su parte, es una de los pocas zonas que ofrece derechos de autor para obras generadas únicamente por una computadora, pero considera que el autor es “la persona que realiza los arreglos necesarios para la creación de la obra”. Pero aquí surge la pregunta de ¿quién es esta “persona”? ¿Sería el desarrollador del modelo o su operador?
Siguiendo con las preguntas, ¿se pueden usar datos protegidos por derechos de autor para entrenar modelos de IA? La mayoría de los sistemas están entrenados en grandes cantidades de contenido extraído de la web; ya sea texto, código o imágenes. La justificación utilizada por los investigadores de inteligencia artificial y las empresas es que el uso de estas imágenes está cubierto (al menos en EE. UU.) por la doctrina del uso justo, que tiene como objetivo fomentar el uso de obras protegidas por derechos de autor para promover la libertad de expresión.
Pero al decidir si algo es de uso justo, hay una serie de consideraciones: ¿Cuál es el propósito o la naturaleza del uso y cuál es el impacto en el mercado? ¿El caso de uso cambia la naturaleza del material de alguna manera y amenaza el sustento del creador original al competir con sus obras? Entrenar una IA generativa en datos protegidos por derechos de autor probablemente sea legal, pero podría usar ese mismo modelo de manera ilegal.
En general, se espera que la regulación y la jurisprudencia continúen evolucionando para abordar estos desafíos éticos y legales a medida que la tecnología de la IA continúa desarrollándose y ganando importancia en la sociedad. Es importante que los desarrolladores, los usuarios y los reguladores trabajen juntos para establecer un marco claro y sostenible para la protección de derechos de autor en un nuevo contexto.
