¿Qué nos dejó la tercera temporada?

La semana pasada terminó una temporada más de Better Call Saul, serie con la que muchos estamos sorprendidos y gustosos del gran trabajo que se está haciendo con ella.

Esta serie que es parte del universo de Breaking Bad, surgiendo como un spin-off para contar el origen de Saul Goodman, el famoso abogado que ayudó a Walter White y a Jesse Pinkman a salir avante de todos los líos en los que se metían gracias a su ‘trabajo’ en el mundo del narcotráfico.

Aunque la sola idea al principio no fue bien vista por los fans, la llegada de ella en 2015 cambió mucho el panorama que se había pensado, y poco a poco comenzó a dársele el lugar de importancia que merece tener e incluso muchos juegan ya con la posibilidad de que la serie sea mejor que su antecesora.

Sin dudas, si hay algo que debemos resaltar es lo sorprendente que estuvo esta temporada: desde su episodio inicial Mabel hasta el final Lantern fue una delicia que pudimos disfrutar semana a semana gracias a AMC y Netflix. Pero en términos generales, ¿qué nos dejó esta temporada? A continuación hablaremos de ello.

Empecemos con uno de los elementos más notables de la serie, su fotografía. Digna no solo de un Emmy sino de todos los reconocimientos posibles, el gran trabajo de Marshall Adams nos voló la cabeza semana a semana. Independiente de la historia, podíamos repetir cada uno de los episodios con el único propósito de disfrutar ese placer que nos causa ver la armonía cinematográfica que nos daba cada plano.

Si bien este elemento era destacable en BrBa, es en esta precuela donde se destaca y se usa más a favor de la historia. El uso de la cámara desde diferentes perspectivas para dar mayor detalle a ciertos elementos que tarde o temprano serán nuevamente utilizados para cerrar algunos puntos de la narrativa. El caso más concreto podría ser en el último episodio y la cuestión de la linterna o lámpara.

Y si de composiciones fotográficas hablamos, hasta en los momentos más sencillos se encargaron de darnos un momento visual inolvidable, dejándonos claro que no solo la historia es importante sino también los recursos que se usan para contarla.

Vince Gilligan se ha convertido en uno de los productores más prolíficos de la televisión; su particular atención por los detalles es lo que más resalta en todo momento. Parece no dejar ni un cabo suelto y que todo lo que se muestra o acción que se toma está perfectamente medida, y por supuesto que así es, pero se siente tan orgánico que nunca nos desconcierta ver las cosas.

En el punto anterior ya había hablado del uso de la cámara a través de la fotografía, pero es tiempo que le demos espacio a pequeñas cosas que no son tan impactantes en una primera impresión pero que con una segunda revisada, y a más detalle, son simplemente espectaculares.

La edición es un gran ejemplo, la cual se toma el tiempo necesario para desarrollar una historia. A diferencia de otras producciones donde el uso de tiempo es menos apreciado, aquí se dan el lujo de construir una secuencia paso a paso y es el editor quien marca el ritmo, lo que posteriormente se transforma en que nos demos cuenta que han pasado 20 minutos de la historia y no sintamos que ha sido así. ¿Cuántas veces no te preguntaste cómo es que un episodio de 50 minutos se te pasó volando?

Si de edición se trata hablemos ahora de la que involucra al sonido e incluyamos la mezcla de este, elementos que trabajan en conjunto. ¿Qué pasa en esos momentos donde no hay diálogo y escuchamos un sonido particular que nos remite a una atmósfera? Pues es algo que Better Call Saul siempre está al pendiente, como en el episodio donde Kim está haciendo negocios en medio del desierto junto a las máquinas para extraer petróleo, las cuales están trabajando y podemos escuchar el sonido de ellas, lo cual al final de esa secuencia nos recuerda por qué estaban ahí y por qué la importancia de destacar su presencia. Cada sonido se vuelve un personaje incidental que aporta mucho a la narrativa del show.

Locaciones, vestuario, objetos, música (soundtrack) y hasta ciertas acciones de los personajes son parte de la producción pensada especialmente para el show y muchas de las veces no es gratuito que un personaje traiga un periódico cargando o un plato de galletas que después usará para desarrollar su siguiente tarea.

Por ejemplo, el logo del bufete Wexler-McGill podría referir al desarrollo narrativo de la historia de esta tercera temporada. La unión de la W y la M se parece más a una gráfica que podría representar el ascenso y caída de los personajes: iniciando por la acusación de Chuck en contra de su hermano Jimmy, lo cual es un proceso de descenso; llegando al punto medio donde Kim y Jimmy le ganan a Chuck y a Howard, lo cual los deja en una mejor posición; terminando la gráfica con una caída estrepitosa donde Jimmy vuelve a manchar su imagen y el accidente de Kim la lleva a replantear su carrera, lo que conduce al cierre del bufete.

Se dan cuenta del paralelo que hay en la historia y ya que hablamos de ella nuestro siguiente punto es ese.

A diferencia de sus primera dos temporadas, la tercera tuvo un desarrollo más constante y de mayor peso. Mientas que en la primera o en la segunda se encargaban de crear al personaje de Jimmy casi palmo a palmo con la construcción del personaje de Mike (quien dejó a más de uno con ganas de saber más de su historia aunque propiamente no era la razón por la que nos habíamos acercado a Better Call Saul), en esta tercera se da un giro y se retoma la figura principal de Jimmy y se deja a Mike en el fondo, tanto que hay dos episodios específicos donde no lo vemos aparecer (en Chicanery y en Lantern). Jimmy refuerza la idea de Chuck, dejando claro que él es solo un oportunista y que no le importa pasar encima de quien sea con tal de quedar bien parado. La historia se centra en ese eje y nos demuestra que esa característica ventajosa no solo está en Jimmy sino también en los demás, lo que se podría traducir a TODOS ESTÁN CORTADOS CON LA MISMA TIJERA.

¿Cómo? ¿Que son todos iguales al fin y al cabo? Sí, y te lo explicamos: Gus y Salamanca luchan porque uno no sea más que el otro; Chuck no puede permitir el éxito de su hermano; Howard no puede permitir que el bufete de HHM, el cual no le costó construir, se derrumbe por la presencia de Chuck; aunque Kim, Mike y Nacho no tienen conflictos de estos niveles sí es claro que usarán sus posiciones para proteger a quienes más quieren, usando la ventaja a favor de un tercero. Y, como siempre, la historia en paralelo: mientras de un lado vemos como Jimmy tiene que actuar por ser un buen abogado, por el otro Mike va adentrándose al mundo delictivo de Albuquerque.

Desde el estreno de la primera temporada todos los seguidores de esta ficción estábamos atentos a cualquier referencia a Breaking Bad, y aunque sí las hubo agradecemos que no nos hayan llenado de ellas como una especie de fan service.

Pero fue hasta esta temporada que las referencias realmente aumentaron en valor y no en simple aparición, logrando el balance adecuado para emocionarnos y decirnos que la historia ya se está encaminando hacía ese punto de encuentro que todos sabemos, pero sin revelarnos mucho más de la trama que nos arruine la experiencia.

Desde el sistema de rastreo que propicia el encuentro entre Mike y Gus (sí, el solo personaje YA ES UNA GRAN REFERENCIA); las primeras apariciones de diferentes personajes, viejos conocidos para nosotros, pero nuevos para la trama; las diferentes locaciones que ya habíamos visto, por ejemplo en Sabrosito: Gus visita una estación de bomberos que es la misma donde Walter abandona a Holly en el episodio de Ozymandias…

Estos son sólo algunos de los ejemplos que nos dejaron con ganas de ver un cameo de Walter o Jesse, o más probable de Hank o Skyler, tal vez desde lejos o la sola mención de su nombre que pudiera prevenir de un personaje incidental. Ya veremos hacía donde se dirige la historia para la cuarta entrega y si es que estas soñadas referencias se vuelven una realidad en la ficción.

Pero ya que estamos hablando mucho de Breaking Bad, cerremos con una pregunta…

Ya hemos visto cómo acaba la triste historia de Walter White/Mr. Heisenberg y por supuesto estamos al corriente de lo sucedido con Jimmy McGill/Saul Goodman. La pregunta lógica es la ya planteada y en perspectiva de este autor la respuesta es clara: NO ES MEJOR QUE BREAKING BAD (espero comentarios). 

🙂

Para justificar mi aseveración no me voy a ir por la respuesta que más inunda las redes sociales, o sea sin BrBa no existiría BCS. La réplica va más allá.

Para empezar debemos tomar en cuenta la diferencia de personajes principales: mientras que Walter era un hombre sin personalidad que se fue autodestruyendo por su ambición de poder Jimmy es un hombre con gran personalidad cuyo único fin es no ser un don nadie. A su vez, en Breaking Bad todo giraba en torno a la figura de Walter; no había momento donde no lo amaras o en la mayoría de las veces (más hacía las últimas temporadas) lo odiaras, porque ver la transformación de una persona invisible para las personas que lo rodean e incluso invisible para la vida, a convertirse en el ente más terrorífico de sus vidas es parte de un gran arco narrativo de transformación de personaje, dejándonos claro que la historia sí tiene una evolución y no se enfrascará en una zona de confort. En cambio en Better Call Saul conocemos que Saul Goodman no es real, es Jimmy McGill y que su personalidad de ser un oportunista siempre ha sido así. Por más que busque reformarse él siempre está destinado a traicionar su propósito por su propio bien, sin importar los daños colaterales que surjan de sus decisiones, lo que nos lleva a una historia más enfocada a una característica particular del personaje, la cual lo conducirá a un final que ya todos conocemos.

Como segundo punto analicemos a los personajes secundarios de cada una. En la primera tenemos que quienes rodean a Walter juegan a favor de la historia, donde poco a poco los vemos descomponerse al igual que el personaje principal, lo que nos hace pensar que sólo se necesitaba un pequeño chispazo para encender la llama del estado putrefacto de los involucrados. En la segunda, los personajes juegan en favor de Jimmy, lo que hace más difícil poder separarlos de él y que se desarrollen por sí solos a favor de la trama general. Personajes secundarios con más participación como Mike y Nacho están extendiendo la historia del negocio de las drogas la cual genera la trama esencial de BrBa, lo que nos lleva a entender que el pretexto de Saul Goodman es sólo eso, un pretexto para ampliar la historia que Vince Gilligan nos entregó en 2008.

Así que para mí estos son los factores esenciales para decir que Better Call Saul no es mejor que Breaking Bad y sin importar que haya una cuarta o hasta una quinta entrega (que sería el máximo ideal) no podrá lograrlo porque desde el principio estuvo muy claro su punto de origen y hasta su punto final. Tampoco importa que tengamos parte de la historia después de Saul Goodman.

Lo que sí está claro es que se puede ver una sin haber visto la otra o, en este caso, se puede ver BCS sin haber visto BrBa, porque como sí sola funciona y corre bien la historia, sin ningún problema. El hecho de conocer la historia previa es que podremos disfrutar aún más de las referencias o easter eggs que hay dentro de ella.

¿Están de acuerdo o no con los puntos tocados? Esperamos sus comentarios. Recuerden que pueden ver la serie, si aún no la han visto, a través de Netflix desde su primera hasta su tercera temporada. y así debatir con nosotros.

PD: Por cierto, ya se dieron cuenta cuántos de los puntos que planteamos fueron acertados.

🙂