Bienvenidos a la nueva sección dedicada a la reseña de aquellas series animadas que perduran en el recuerdo, y las que tal vez no tanto. No importa la edad que tengas, la finalidad es recordarlas y tal vez luego de leer este artículo te generen ganas de volver a verlas.
Hoy inauguro la sección con Spider–Man (1994).
A principios de los años 90 los filmes de superhéroes eran poco comunes, pero gracias al enorme éxito de Batmanen cine de la mano de Tim Burton se generó una serie animada del murciélago en 1992. Ni lerda ni perezosa, Marvel tenía un acuerdo con Saban para adaptar a sus personajes, siendo la primera de ellas X–Men, estrenada el mismo año.
Sin embargo, su personaje estrella tendría una nueva oportunidad en la pantalla chica. Sí, estamos hablando de Spider–Man.
Pueden haber muchas series, pero la del 94 sigue siendo la mejor adaptación de Spidey.
Si bien ya gozaba de tres series animadas en su haber (una en 1967 y dos en 1981, además de un live–action en 1977–1979), la razón del desarrollo de un nuevo producto tenía como finalidad ser un nexo en la película de Spidey que James Cameron estrenaría.
Enfocándonos en el desarrollo de la serie, se planeaba utilizar los dibujos de John Romita como inspiración. Sin embargo, Stan Lee, su creador y a su vez productor del show, sugirió un diseño más contemporáneo, inspirándose en la imagen de Nicholas Hammond para componer a Peter Parker.
Si algo caracterizaba a la serie era el leve nivel de violencia que tenía: si Spider–Man golpeó a sus enemigos al menos una vez fue mucho; esto se debía a que Fox había impuesto algunas reglas sobre ello. Las armas de fuego, sangre e incluso la mención a la palabra muerte estaban prohibidas por la cadena.
A partir de la mitad de la primera temporada, los arcos argumentales se volvieron fijos, abarcando dos o más episodios.
Hasta acá parece algo común a la fecha, pero si algo hay que destacar de esta serie es la infinidad de comics adaptados y la introducción de personajes como Harry Osbourne (que si bien existía en comics, nunca había hecho acto de presencia) o Venom y Carnage, que contaban con apariciones recientes en comics (Secret Wars #008 de 1984 como Simbionte, Amazing Spider-Man#299 como Venom, mientras que Carnage es de Amazing Spider-Man #344 y #361).
Personajes clásicos como Green Goblin, Rhino, Kraven, Mysterio, Buitre o Doctor Octopus, entre otros villanos, fueron de la partida. Se destaca la ausencia de Sandman o Electro (aunque sobre el final de la serie hubo una referencia); esto se debía a que ambos personajes serían los villanos del filme que nunca se llegó a hacer.
Gwen Stacy, el primer amor de Peter Parker en los cómics, fue otro de los personajes que no tuvo grandes apariciones, a excepción del episodio final. La razón fue porque en los comics había muerto y adaptar ello iba en contra de los principios del canal. Aún así su corta presencia marcó su debut en la televisión.
En definitiva esta serie lo tenía todo; incluso hoy en día sigue siendo la serie más querida por los fans. Razón tienen, no solo por haber adaptado un gran número de personajes, sino por la capacidad de resumir la historia de Spider–Man.
Mientras se producía la quinta temporada, Marvel no estaba pasando por su mejor momento: sus ventas no eran las mejores y la historia de Spider–Man y la saga de los clones (la original publicada en 1973) que estaba en paralelo con la serie entre 1994-1997 fue algo que bajó a la importancia de la empresa, generando grandes gastos (hoy es considerada como una de las peores historias).
Por esta razón, Avi Arad, director de Marvel en plan de salvataje “rentó” los derechos de sus personajes a otros estudios con un plazo para tener películas producidas. Este hecho, junto a las diferencias creativas con Fox, condujo a la cancelación de la serie, luego de 65 episodios.
Spider-Man hoy
Con el final abrupto de Spidey, Fox planeó una nueva serie con el fin de relanzarla y no perder a su caballito de batalla. Sin embargo, Sony ahora tenía los derechos de Spidey y eso significó que no podía utilizar ni los clásicos personajes ni casi ningún elemento característico de Spider–Man.
Entonces, ¿cómo hacer una serie de Spider–Man sin Spider–Man? La respuesta fue sencilla: utilizar un nuevo traje, inventar una historia paralela a la serie previamente finalizada y crear un nuevo universo alterno. El resultado: Spider–Man Unlimited.
No pasó lo mismo en el cine, ya que tras la marcha de Cameron en 2002 se estrenó la primera película de Spider–Man, con un éxito arrollador. Este elemento, sumado a un nuevo inicio en los comics, Ultimate impresionó a los directivos de la MTV para una nueva serie.
Aprovechándose del éxito del filme, la serie estrenada en 2003 estaba hecha íntegramente de CGI (la serie del 94 fue pionera en introducir ese elemento) y funcionaría como puente argumental con la segunda parte que se estrenaría en 2004. Por ello, no tuvo villanos conocidos. Lamentablemente esta nueva serie no pasó de la primera temporada.
Luego de la conclusión de la trilogía Raimi y la cancelación de una cuarta parte. una nueva serie de Spidey combinaba elementos de la línea clásica con Ultimate, volviendo adolescente a Parker. Esta vez había roto la maldición de la primera temporada y aunque tenía unos dibujos caricaturescos en relación con sus precursoras, ese no fue el motivo de su cancelación sino la compra de Disney a Marvel que cambió el futuro del arácnido.
En 2012Ultimate Spider–Man en TV y Amazing Spider–Man en cine iban por caminos separados, pero tenían la misma base, que era la línea Ultimate. Mientras que la serie duró 4 temporadas, pero tuvo mayor cantidad episodios que la versión del 94 (esta tuvo 104), en el cine solo tuvo una película más antes que sea reiniciada en 2017.
Hoy, el presente de Spider–Man no solo goza de un universo compartido, tanto en la TV como en cine, sino que el personaje perdura luego de más de 50 años de creación.
En cuanto a la serie del 94 existe una campaña que busca darle de una vez por todas un final para responder todas las preguntas que quedaron sin solución. ¿Lo permitirá Disney?