La segunda temporada de Alex Rider nos devuelve la acción y nos da ganas de más

El pasado 3 de Diciembre llegó a la pantalla de Amazon Prime Video una nueva temporada de Alex Rider, la serie basada en la saga de novelas homónima de Anthony Horowitz, que tienen como protagonista al joven que le da título a la serie, un adolescente que descubre que toda su vida ha sido entrenado para convertirse en un espía del MI6.

Luego de la primera temporada, donde Alex daba sus primeros pasos en colaboración con el MI6 tras la muerte de su tío, en esta segunda entrega lo encontramos lidiando con las consecuencias (sobre todo psicológicas) de haber realizado ese trabajo, a las cuales deberá sobreponerse cuando un nuevo peligro aceche a sus más cercanos.

No es fácil volver a la vida de todos los días después de haberse convertido en un espía. Eso lo sabe Alex Rider ni bien lo vemos en el comienzo de la segunda temporada. Su psiquis todavía lidia con los peligros que tuvo que enfrentar y, en particular, con una presencia que cree ver en todos lados: la de Yassen Gregorovitch, el temible asesino de la cicatriz que demostró su ferocidad en la primera entrega.

Claro que lo que todos creemos que es, en primera instancia, estrés post traumático, termina siendo muy real cuando, en un intento de tomarse vacaciones junto a Jack y Tom, Alex termine enredado en un intento de asesinato a un periodista que estaba investigando a la nueva personalidad en el mundo de los videojuegos, un tal Damian Cray.

Sin embargo, aunque Alex insiste en que detrás de otro esto está Gregorovitch, nadie parece creerle. El MI6 que bien supo utilizarlo parece haberle dado la espalda, haciendo casi imposible dialogar con ellos o recibir su ayuda para proteger a los que más quiere. Claro que no por nada Alex Rider es Alex Rider y no se dará por vencido, demostrando que es mejor agente que muchos consagrados dentro del servicio secreto de inteligencia británico.

La nueva temporada de Alex Rider es muy interesante. No solo porque sigue entregándonos dosis de acción tremendas, con un Otto Farrant que es tan carismático que logra cargarse al hombro toda la serie sin ningún problema, sino porque esta vez consiguieron un villano de los buenos (¿o debería decir de los malos?): Toby Stephens (Black Sails) es quien interpreta al terrible Damian Cray, un genio de la tecnología que, obviamente, quiere utilizarla para el mal. Stephens ya ha demostrado muchas veces que sabe muy bien cómo interpretar a un villano y esta no es la excepción.

Por otro lado, también resulta atractivo que Alex Rider, como adolescente, no acepte normalmente del día a la noche la situación en la que se encuentra. Por más entrenamiento que su tío le haya dado, sigue siendo un adolescente y enfrentarse a peligros tan grandes tiene que tener un costo para su psiquis y está bien que la serie lo muestre.

Por último, más allá de la finalización del caso que ocupa esta temporada, también queda claro que Alex Rider tiene mucho más para contar. Necesitamos saber más acerca de su pasado, de su padre, de su vínculo con Gregorovitch y SCORPIA y cómo va a seguir desarrollándose su carrera como espía. Por suerte, Horowitz ya escribió una buena cantidad de novelas de las cuales extraer nuevas historias para seguir con esta serie que es de las más entretenidas de la plataforma de Amazon Prime Video.