La secuela de That '70s Show muestra que las nuevas versiones pueden funcionar.
Durante la última década, la industria del entretenimiento nos ha presentando una innumerable cantidad de producciones basadas en títulos ya conocidos y exitosos de varios años atrás. Muchas de ellas han logrado estar a la par de las producciones insignia, y un sinfín más simplemente se quedan en el olvido y ni siquiera entienden los porqués sus antecesoras fueron un éxito, por qué no lograron replicarlo.
That ’90s Show, nueva serie de Netflix, forma parte de esta nueva ola que ya se ha vuelto un común dentro de la industria. Y para fortuna de aquellos que vimos That ’70s Show, Bonnie y Terry Turner, mismos creadores de la serie base, llevan la magia de aquel show que debutó en 1999 a esta nueva generación, pero ahora situados en una década totalmente distinta; mantienen con creces la esencia del show y la dinámica que había entre los personajes, demostrando que cuando se hacen las cosas bien, y sin agendas de por medio, las nuevas versiones pueden funcionar.
La serie nos presenta una historia centrada en Leia Forman, la hija de Eric y Donna, quien descubrirá que Point Place, el pueblo donde se criaron sus papás, no es tan aburrido para tomar unas vacaciones junto a un grupo de jóvenes que llama su atención desde el primer momento. Su verano inolvidable junto a Gwen, Nate, Nikki, Ozzie y Jay, la hará vivir esos primeros años de juventud en los que la amistad, el amor y las fiestas son lo primordial. Aunque toda esta experiencia es nueva para ella, hace que sus abuelos Kitty y Red vuelvan a lidiar con el tema de criar a un adolescente.
En principio la idea de un programa secuela ubicado en la década de los noventa parecía un tanto arriesgada y hasta cierto punto innecesaria, tomando en cuenta que el spinoff ochentero no gustó. Pero los Turner, junto a su hija Lindsay Turner y Gregg Mettler, quienes fungen también como creadores de esta nueva serie, condensan los elementos que hicieron tan exitosa al primer show para usarlo a su favor en esta nueva producción.
Se conserva el humor ingenioso e irónico que caracterizaba a That ’70s Show además de otros elementos icónicos como el sótano como sitio de reuniones y personajes con personalidades tan definidas que sirvieron como el molde para crear a la nueva generación. Prueba de ello es que podemos encontrar al torpe Eric en Leia, a la sagaz Donna en Gwen, al idiota de Michael en Nate, a la mandona Jackie en Nikki, al extraño Fez en Ozzie y al carismático Hyde en Jay, pero con la remarcada diferencia de no tener la astucia que tenía ese personaje, porque al final se trata de un Kelso.
Una de las cosas que más me sorprendió fue ver a un grupo de jóvenes que se ve y luce más adecuado a la edad de sus personajes. De esta manera That ’90s Show se aleja de esa replicada forma de otras series adolescentes en las que sus protagonistas son diez años más grandes de lo que suelen tener en la historia… Sí, te estoy hablando a ti, Riverdale.
😛
Por otro lado tenemos a Kitty y Red, con Debra Jo Rupp y Kurtwood Smith, enfrentándose a una nueva generación a la vez que ellos mismos experimentan nuevas experiencias en el proceso de crecimiento y envejecimiento en el que se encuentran, dándose cuenta que están solos y que lo único que les queda es tratar de que sus conocimientos adquiridos a lo largo de los años sirvan a otros. Su participación dentro del revival es de aplausos porque retomar sus personajes después de tantos años y otorgarles aquellos elementos que los caracterizaban son de aplaudir.
Y aunque el show es una gozada de principio a fin, hace buen uso de las referencias a momentos, frases y personajes clave de That ’70 Show. Por otro lado, se recarga tanto en la fórmula que deja de brillar por sí solo y depende tanto del original que se olvida del punto principal al crear un remake /reboot / revival / secuela / spinoff, o lo que sea, aportar algo más de lo que ya se hizo anteriormente; darle un pequeño giro para crear su propia identidad, sin olvidar su origen.
That ’90s Show tiene todos los elementos para brillar por si sola y para darnos una segunda entrega. Así que solo espero que los noventa hayan llegado para quedarse de nuevo al grito de “Hello, Winsconsin!” y con la espera de una segunda temporada.
