Spider-Man somos todos: la historia del superhéroe más popular

Es cierto, todavía vivimos en una época en la que los superhéroes siguen siendo la clave de muchas industrias de consumo. Cine, televisión, merchandising, videojuegos y, por supuesto, cómics. Pero de todos esos superhéroes que invaden nuestras pantallas, nuestras jugueterías, nuestro todo, hay uno que es, probablemente, de los más queridos por todos: hablo, claro, de Spider-Man.

Hay algo en el arácnido de Marvel que lo mantiene, desde que fue creado, entre uno de los favoritos de todos los tiempos. Quizás sea su simpleza, quizás sea que siempre tuvo suerte cuando se enfrentó a adaptaciones o tal vez que es una de las creaciones más queridas del ya difunto Stan Lee. Quizás sea una combinación de todo eso. Pero lo cierto es que Spider-Man es adorado por las masas y su nombre es sinónimo de éxito.

Como mencioné anteriormente, Spider-Man, como personaje de cómics, fue creado por el mismísimo Stan Lee, junto con el dibujante Steve Ditko. Su primera aparición se remonta a agosto de 1962 en los cómics Amazing Fantasy, más precisamente en el número 15. La historia del personaje la sabemos todos: Peter Parker, un estudiante de secundaria que vivía con sus tíos Ben y May, es picado por una araña radiactiva y a partir de allí obtiene poderes sobrenaturales, como súper fuerza, reflejos rápidos y la capacidad de trepar por paredes.

Creo que uno de los motivos por los que Spider-Man es tan querido entre los fans es porque resulta muy fácil sentirse identificado con él: Peter Parker no es un héroe perfecto. Es un chiquillo de Nueva York, sin padres, inteligente, sí, pero con problemas económicos que afrontar y responsabilidades familiares. A diferencia de muchos otros superhéroes, Spider-Man, más allá de sus poderes, se siente real.

Si a ese personaje tan entrañable le sumamos un buen villano (el Duende Verde, claro), pero también una narrativa ágil, sentido del humor y una galería de personajes colorida para que interaccione (tanto entre los buenos como entre los malos), se explica que Spider-Man sea uno de los superhéroes más exitosos de todos.

Pero no solo en el mundo de los cómics Spider-Man ha triunfado. Su éxito en la página lo ha llevado tanto a la pantalla grande como a la pantalla chica, desde el comienzo. En televisión, siempre será recordada la serie animada conocida como Spider-Man: The Animated Series, pero que en realidad se llamaba Spider-Man a secas, que se mantuvo al aire desde 1967 hasta los 70.

Con episodios autoconclusivos en los que se mostraba a Spider-Man luchar contra alguno de los villanos más conocidos de su galería, como el Hombre de arena, Doc Oc, y más, es recordada por todos especialmente por su canción de apertura que sostenía que Spider-Man podía hacer cualquier cosa que una araña pudiera hacer.

Es quizás gracias a esta serie, que luego en los 90 tuvimos Spider-Man: The Animated Series, que también presentaba a los villanos más tradicionales salidos de las viñetas, en un intento (satisfactorio, vale la pena aclarar) de mantenerse lo más fiel posible al mundo de los cómics.

En cine, la historia de Spider-Man comienza con unos cortometrajes que, lamentablemente, nunca llegaron a estrenarse. Producidos en 1969 por la compañía Corman Productions, tenían como única intención comenzar a trabajar con los derechos del personaje en la pantalla grande, pero finalmente todo eso quedó en la nada.

Tendrían que llegar los 2000 y Sam Raimi para que la pantalla grande se iluminara con la grandeza de este superhéroe neoyorquino, esta vez encarnado por Tobey Maguire. Raimi y Maguire construyeron una trilogía que ha quedado en la memoria y el corazón de todos los fanáticos y que, por suerte, ha sido retomada de alguna manera en el último filme de Spider-Man del Universo Cinematográfico de Marvel, Spider-Man: No Way Home.

Poco más de diez años después del comienzo de la trilogía de Spider-Man de Sam Raimi, Marc Webb intentó darle su vuelta a este superhéroe con un reinicio de su historia en las pantallas grandes, esta vez de la mano de Andrew Garfield en el rol de Peter Parker. Webb y Garfield tuvieron la chance de realizar dos filmes, The Amazing Spider-Man y The Amazing Spider-Man 2, que obtuvieron críticas mixtas pero que, sin embargo, fueron un éxito de taquilla, con grandes elogios a Andrew Garfield y a Emma Stone, quien interpretó a Gwen Stacy en estos filmes.

Claro que para el momento en el que se estrenó The Amazing Spider-Man 2, el año 2014, el Universo Cinematográfico de Marvel estaba ya dando sus primeros pasos (no nos olvidemos que la primera película de Iron-Man se estrenó en el 2008) y con él todo lo relacionado a héroes de Marvel, sus derechos de representación y su forma de involucrarse con los otros personajes comenzó a ser discutido. Sony Pictures, quien tenía los derechos del personaje de Spider-Man, decidió subirse a la ola del MCU y comenzar una colaboración para incluir al personaje en este universo, dando así comienzo a la era de Tom Holland como Peter Parker.

En medio de todos estos Spider-Man, los televisivos animados y los cinematográficos live-action, en el 2018 surgió una joya inesperada: me refiero, claro, a Spider-Man: Into The Spider-Verse. Aquí, Spider-Man ya no es Peter Parker, sino Miles Morales. Este filme animado nos lleva a otro universo de Marvel donde el arácnido es hijo de una madre puertorriqueña y un padre afroamericano, convirtiendo aún más a este personaje, a este superhéroe, en alguien con quien es posible relacionarse.

Tanto Spider-Man: Into the Spider-Verse como su secuela, recientemente estrenada, Spider-Man: Across the Spider-Verse, destacan por su estilo de animación completamente innovador pero también por mostrarnos la vastedad del multiverso y cómo realmente Spider-Man puede ser cualquiera.

Y es esta la idea de fondo en la creación de Spider-Man, allá a lo lejos en el tiempo, entre Stan Lee y Steve Ditko: Spider-Man es uno de nosotros. Es joven, tiene problemas, comete errores y vive una vida cotidiana con responsabilidades, duelos y carencias. Los poderes no lo cambian, en todo caso, lo potencian. Debajo de la máscara, Spider-Man somos todos y eso es lo que lo hace el superhéroe más popular de todos los tiempos.