La azafata Cassandra Bowden se despierta en la habitación de su hotel con resaca de la noche anterior en Dubai con un cadáver tendido a su lado. Temerosa de llamar a la policía, ella continúa su mañana como si nada hubiera pasado, acompañando a las otras azafatas y pilotos que viajaban al aeropuerto. En Nueva York, se encuentra con agentes del FBI que la interrogan sobre su reciente escala en Dubai. Aún incapaz de reconstruir la noche, comienza a preguntarse si podría ser la asesina.